Un año más el gordo de la lotería de Navidad no se ha acordado de mí, así que deberé consolarme con lo de la salud. Yo creo que el rollito de la salud está dentro de la sostenibilidad de la lotería. La sostenibilidad está de moda en economía, en energía en casi todos los campos sociales así que me he preguntado yo ¿Se podrá aplicar el término sostenible a la cosa esta del cruissing? Y tras rumiar durante un buen rato el tema he llegado a algunas conclusiones las cuales quiero haceros partícipes. Sin más dilación paso a exponeros la primera de mis inquietudes. El cruissing es sostenible en temas de contaminación en las zonas urbanas, aquellas a las que se puede acceder en medios de transporte públicos o a pie, incluso en bicicleta ya que algunas zonas están estratégicamente coladas a la vera del carril bici, siempre pensé que el concejal de urbanismo de turno era solidario con nosotros facilitándonos las cosas, de esta forma las emisiones de CO2 están dentro de unos límites razonables. Ya cuando nos planteamos tener que coger el coche para ir a esas otras zonas alejadas en áreas de descanso, descampados, playas o parajes naturales la cosa va mal. La cantidad de combustible fósil que utilizamos es mala para el medio ambiente, buena para el estado por la cosa de los impuestos y para las petroleras, pero para la capa de ozono peor que las emisiones de metano de la cabaña vacuna de la India. Eso si tomamos en consideración lo que es el desplazamiento, si a eso le sumamos los kilómetros que hacemos dentro de esas zonas en busca de……… no se muy bien que, o si mantenemos el motor en marcha para que la calefacción funcione en estos días de frío nos colocamos en unos niveles de sostenibilidad menores que lo que air comet puede valer en bolsa a día de hoy. Claro está que algunos, no conozco a ninguno pero seguro que alguno lee esto, dispone de un coche de esos que se llaman híbridos por lo que esta parte de mi discurso no le atañe en absoluto. En lo referente al parque de vehículos de gran tonelaje callaré para no levantar la liebre sobre el incumplimiento masivo de la normativa vigente en temas de emisión de gases que ya quisiéramos que fuesen parecidos a la emisión de metano de la cabaña vacuna de la India, pelín de obsesión tengo hoy con la India. Una vez superada la fase de llegada analizo la fase de intercambio de fluídos, siempre he mantenido que el cruissing es bueno ya que siempre se dijo que quien mueve las piernas mueve el corazón y en este mundo sedentario hacer cualquier tipo de ejercicio siempre es positivo, así que andar mientras se contempla el panorama es positivo para tener una vida más saludable pero esto puede ayudar a elevar la esperanza de vida con lo que al morirnos más tarde aumentará la población mundial con los riesgos que eso tiene para el planeta, más residuos orgánicos, más gasto de energía, mayor cantidad de pago de pensiones, etc etc . Pero el verdadero problema le encontré al pensar en lo que el acto sexual conlleva. Si estimado lector el acto sexual homosexual es pésimo para el medio ambiente, quizá sea en este punto en el que la sociedad basa para decir que es antinatural, ¿intrigado? Pues es sencillo, si bien es cierto que la mayoría dominamos a la perfección nuestros esfínteres un tanto por ciento, que no tengo muy delimitado, tiene problemas para ello, bien sea por el nerviosismo propio del momento bien por la poca ejercitación del mismo o por la inexperiencia pero cierto es que la emisión de gases en las relaciones homosexuales supera a la de las relaciones heterosexuales llamadas normales debido a la penetración anal, el bombeo propio del acto en si insufla aire a presión en el recto del sujeto pasivo que, a no ser que tenga dominio de su esfínter, provoca una sensación de hinchazón a modo de neumático que al adoptar una posición de homo erecuts es aliviada de forma natural mediante el simple acto de expeler una ventosidad, que si fuese únicamente del aire introducido mediante el acto sexual no sería más que un mero cambio de contendor pero, y este es el verdadero problema, al entrar en contacto con el aparato digestivo, más concretamente con la parte final del mismo, se combina, iba a poner contamina pero era suponer que todos somos unos guarrillos que no utilizamos demasiado el papel higiénico y nada más lejos de mi intención, con los acólitos, heces milenarias que residen en las arrugas del intestino grueso, cambiando su composición por los gases propios de la descomposición mayormente metano que, al parecer, es muy perjudicial para el planeta. Esto en una relación heterosexual al uso, es decir pene vagina tracatrá, no sucede, el aire que es introducido en el tracatrá no sufre transformación alguna. Teniendo en cuenta que vivimos más años gracias al cruissing y que al parecer somos muchos más de los que creemos parece que la contaminación que producimos cuando practicamos sexo es muy elevada. Para esto no se me ocurre nada más que la masturbación ya que si bien en una primera fase pensé en la felación no tengo la seguridad de que los gases estomacales no sean nocivos para el medio ambiente y ante la duda lo mejor es no tentar al medio ambiente. También he recapacitado sobre el tema de mingitar al aire libre. De todos es conocido que la orina es el medio por el cual se eliminan multitud de toxinas que nuestro organismo no necesita, los riñones dejan nuestra sangre limpia como una patena pero la porquería que tenemos la eliminamos por la orina, así que mingitar en el campo es pasar a la tierra fértil multitud de elementos que pueden terminar por dejar el campo como el desierto del Sahara, y atando cabos me di cuenta del porque lugares como Vera o Maspalomas se han convertido en arenales el cruissing tiene la culpa. Es decir mear contra un árbol a la larga hará que el árbol muera, la tierra se convierta en arena y el proceso de absorver CO2 y expulsar Oxígeno desaparecería con lo que llegará un momento que no tendremos que respirar, bueno así no mearemos y nuestra esperanza de vida será nula, quien dijo que la naturaleza no era sabia. Pero quizá lo menos sostenible sea la generación de basuras, si chicos si el cruissing genera toneladas de desechos, unos orgánicos otros inorgánicos. Pensarlo primero la cantidad de colillas de la tensa espera, eso si fumas, si no fumas la cantidad de suela que dejamos siempre en la misma zona, y ya puestos los condones, los envases de los condones que todos rompemos alegremente y tiramos a la limón como si se tratasen de semillas, los pañuelos de papel, que parece que estamos en el cuento de garbancito y necesitamos encontrar el camino de vuelta y si usamos cremita entre la que se cae por los nervios y que cuando se acaba el bote le tiramos, total para que vale vacío, bueno depende del bote algunos valen para ……… ala imaginación que alguno está ya con el bote entre las piernas. Esto grosso modo indica la insostenibilidad del cruissing. Quizá las autoridades en vez de gastarse cantidades ingentes de dinero en seguridad deberían gastarlo en sostenibilidad, en vez de colocar complejos sistemas de vigilancia quizá podrían impartir algún taller de cómo dominar los esfínteres o entregarnos unos kit del crussing con pañuelos biodegradables y preservativos orgánicos y bolsitas sanitarias, y por supuesto en vez de cerrar los aseos poner más ya que algo está claro mear vamos a mear. Cuando las áreas de descanso parezcan secarrales no tendremos la culpa nosotros sino ellos que no se preocuparon de hacer sostenible algo que siempre ha existido y que existirá. Por cierto Feliz Navidad, aprovechar estos días para acudir a algún parque temático mientras estos estén abiertos, no os importen las colas que seguramente habrá, es lo que tienen las fiestas familiares que nos invitan a salir en busca de contacto humano, ya sabéis que la virtud del practicante del cruissing es la paciencia y, como ha quedado demostrado, el amor por el medio ambiente.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
martes, 3 de noviembre de 2009
Conectamos con el área
No imaginaba aquél muchacho, cuyo máximo riesgo en su vida había consistido en tomarse un yogur desnatado caducado dos horas antes, que la decisión que acababa de tomar, después de haberla meditado y tras múltiples intentos fallidos a causa de su falta de decisión, después de haber leído sobre ello, de haber mantenido conversaciones a través de los chat, último refugio de su verdadera inclinación sexual, se convertiría en uno de los video más vistos de youtube. Cogió las llaves de su coche y emprendió camino hacia el área de descanso que tenía cerca de su casa y que, según todo lo conocido, era lo más parecido a Sodoma y Gomorra, es decir un lugar en el que iba a realizar todo aquello que durante sus 32 años había mantenido a resguardo en su cabeza. Bueno, como él no se puede mentir, sabía que en esos años había tenido algún contacto con algún hombre, pero sólo mamadas y pajas que eso entre hombres es algo normal, no contaba, quizá porque había conseguido eliminarlo de sus recuerdos , aquella vez en la despedida de soltero de su compañero de trabajo en la que después del espectáculo que aquella stripper les dio, a falta de dinero para irse de putas, acabó follando con Eduardo, el marica oficial de la cuadrilla, aquello fue por circunstancias obvias y fruto del alcohol, tal era su grado de alcohol en sangre que realmente no se quedó en su mente, salvo raras ocasiones en las que entraba a ese chat en el que todo parecía tan fácil pero que nunca había llegado a nada. Pero lo del área de descanso tenía un punto morboso que le atraía, y ese día, ese miércoles otoñal, era el día perfecto. Tres días de soledad en casa, no tenía que dar explicaciones, el desvío de llamada, joder que invento, le permitía contestar a la llamada de buenas noches sin que se supiera si estaba tirado en el sofá o en cualquier otro sitio, así que dicho y hecho, llaves de coche, caja de condones, que nunca se sabe, toallitas por si acaso y una sonrisa entre nerviosa y delatadora de que iba a hacer algo políticamente incorrecto, salió de casa y emprendió, a modo de peregrinación, camino hacia esa área de descanso del que todo el mundo habla tan bien, nadie, según ha podido leer, ha vuelto sin echar un polvo, así que él, a modo de carne fresca, le nombraría míster área por aquella tarde noche. Cuando vio la señal de área de descanso a 1000 metros, su corazón comenzó a palpitar más deprisa, cada metro su ritmo cardiaco crecía casi exponencialmente. Ni que decir tiene que al llegar y mirar a su alrededor y ver tanto coche aparcado no se lo podía creer, pensó en cuantos condones le quedaban en la caja por si acaso no tuviera suficiente o por si tuviese que limitar sus conquistas. Aparcó en el parking de camiones por parecerle más discreto y se dispuso a bajar del coche. En ese momento, a muchos kilómetros de allí, una voz dijo “Conectamos con el área”, y en el monitor aparecieron las imágenes del mismo área de descanso donde el que había follado con Eduardo estaba bajándose del coche. Las dos cámaras, una situada en medio del área, colgada de una farola que iluminaba el aparcamiento de camiones, y la otra enfocada a la entrada de los servicios, por llamar de alguna manera a la edificación que se situaba en una esquina, recogieron todo el paseo que se dio desde el coche hasta el servicio, medio nervioso, acojonado ante tanta gente que aparecía entre los matorrales del camino, que le escrutaban a modo de ofertón en el hipermercado. Realmente es de agradecer que al otro lado de las cámaras hubiese alguien que velase de la seguridad, no sólo de él sino de todos los allí presentes, aunque en realidad el vigilante disfrutaba más que en el Gran Hermano ya que aquí parecía que sabían, o no querían saber, que les estaba alguien vigilando. Poco a poco se fueron colocando alrededor del monitor más personas y comenzaron los cometarios típicos de quien va a follar con quien y hubo un amago de porra sobre quien acabaría con quien. Mientras tanto los recuerdos afloraron y apareció Eduardo en su cabeza, lo bien que lo había pasado y lo culpable que se había sentido, pero el desfile de habituales le fue trayendo al presente máxime cuando el desfile de penes no cesaba, a él le parecían todos diferentes aún cuando algunos pasaron dos o tres veces, así que se armó de valor y se lanzó a por el primero, en ese momento la cámara hizo zoom y en la pantalla apareció con una nitidez nada desdeñable su cara., por supuesto era por su seguridad, nada que ver con el morbo de ver a dos tíos ligando o algo parecido. Después del uno vino el dos, luego el tres y aunque dicen que no hay quinto malo no pudo comprobarlo porqué fue tal la entrega que acabó destrozado, con ese cansancio rico de haber follado bien. Y todo sin riesgos, como a él le gustaba, nadie conocido, nadie lo sabría vamos para repetirlo una vez a la semana. Al día siguiente, como todos los jueves, había quedado para tomar unas copas con la cuadrilla, como siempre estaba Eduardo, a diferencia de otros jueves, Eduardo le miraba con complicidad, esa complicidad que da el conocer algo sobre alguien que sabes perfectamente que el desconoce, y tras las típicas conversaciones y la típica partida de mus, al salir para ir a casa, Eduardo se acercó a él y le hizo entrega de un DVD diciéndole, “en el centro de control de cámaras a esa área de descanso le llaman el gayhermano”. (Historia ficticia basada en hechos posiblemente reales)
martes, 27 de octubre de 2009
Cuéntame un cuento
Había llegado allí porqué la situación era insostenible. Tras una tarde sentado delante del ordenador a modo de Pinocho ya que su apéndice, no precisamente el nasal, le crecía a medida que iba conversando con ….la pantalla de su ordenador. No sabía bien si era, al igual que Pinocho, por las mentiras que contaba o por la velocidad con que su cerebro procesaba lo que aparecía en la pantalla de su ordenador. Cuando había testeado a todos los nicks sugerentes del chat, e incluso a los que no le decían nada, comenzó con el cuento de la lechera, es decir, saldría de casa, se dirigiría a esa área que frecuentaba, llegaría, aparcaría y encontraría no uno ni dos sino tres maravillosos machos con los que haría todo aquello que había visto en la película que disfrutó después de comer. Con esta idea en la cabeza se dispuso a vestirse con aquellas ropas que él creía, como la ratita presumida, que más paquete le marcaban, mejor culo le hacía y más disimulaban su incipiente barriga cervecera producto de su abandono físico y escaso culto al cuerpo, más que fuese por salud. Así creyéndose ser el cisne que aparece tras horas de sentirse el patito feo se dispuso a bajar al garaje para sacar su maravilloso coche último modelo adquirido mediante renting por la empresa en la que trabaja, obviamente este dato no es indispensable compartir con nadie ya que lo importante, según él pensaba, es la apariencia y ese coche indicaba cuán triunfador era de esta forma no se sentiría la cenicienta del área de descanso. Sin necesidad de seguir los garbanzos que hubiera dejado a lo largo de la ruta hacia el área de descanso, tal y como hizo Garbanzito en el bosque, ya que disponía de un navegador de última generación dispuesto en el salpicadero en un lugar destacado a la vista desde muchos ángulos del exterior, abonado en doce cómodas cuotas sin intereses en esos grandes almacenes que todos conocemos, se dirigió hacia las afueras de la ciudad mientras, al igual que la lechera, ya creía que le estaban esperando en fila, numerados y en perfecto estado de revista una cuadrilla de hombres que asenderearían todas sus necesidades. Durante el trayecto se le iba dibujando una sonrisa propia de aquellas personas que se dirigen hacia el país de Nunca jamás que tan bien nos mostró Peter Pan. Ni Mary Poppins hubiese hecho acto de presencia con tanto glamour, caía la noche y sus maravillosos faros de xenón alumbraban el aparcamiento del área de descanso con una intensidad propia del faro de Alejandría en busca, primero, de un lugar donde aparcar y, después, en busca de la escuadrilla de machos que le estaban esperando. Metro a metro se fue dando cuenta que el aparcamiento estaba completamente a su servicio, todas las plazas vacías, no se habían enterado que él iba a llegar o quizá, siendo esta la más acertada, el flautista de Hamelín había pasado y encantando al escuadrón lo había sacado de allí, así que a modo de Blancanieves cerró sus ojos a la espera de que apareciera su príncipe que, no precisamente besándole, le despertará. Abatió el respaldo del asiento e intentó encontrar una postura que le permitiera relajarse y aguantar la espera, que pensaba sería corta ya que en esa área de descanso siembre había una población flotante alta, pero en la búsqueda de esa postura ideal algo le incomodaba, se sentía como la princesa y el guisante ya que por más que miraba que podía ser lo que le molestaba no veía nada, hasta que finalmente encontró un trozo de papel con un número de teléfono que estaba entre el respaldo y el asiento y que al abatir se había movido hacia la parte central del mismo, claro que con esos calzoncillos de casi seda y esos pantalones que tan buen culo le marcaba, notaba el contraste entre el cuero del asiento y la rigidez del papel y le molestaba, máxime cuando la tensión que tenía acumulada en la parte delantera había desaparecido ante la soledad del lugar al que con tantas esperanzas había llegado. Tras mirar en su pda a quien correspondía el número y ver que no le había guardado pensó que correspondía a alguien que no era importante, así que bajó la ventanilla y lo tiró fuera. En ese momento se dio cuenta que entraba al área de descanso un coche, se incorporó y retomó su vaquería pero ya en la fase de industrialización de los quesos. El coche aparcó a escasos metros de él, era un modelo antiguo, de los que tienen la matrícula sin letra, pero que no era un clásico ya que ni el plan renove lo aceptaría, se abrió la puerta y bajo un muchacho en chándal y con zapatos, algo que a priori le escandalizó. Paseó por delante de su coche mientras encendía un cigarro. Unos minutos más tarde, y a la vista que no llegaba nadie más, nuestro protagonista decidió salir de coche, y acercarse hacia el chándal con zapatos. Tras la típica conversación de Hola, que tal, buena noche, donde vas y demás, decidieron alejarse del área de descanso hacia un lugar que el chandalero conocía que era más discreto. Tras una sesión de ejercicios, y no precisamente espirituales, en los que había descubierto lo que se escondía bajo el chándal, y más acertadamente las artes que el dueño tenía superando a cualquier promesa que le hubiesen hecho aquella tarde mediante el ordenador, en ese momento en que uno fumaba el cigarro y el otro pensaba que el hábito no hace al monje, mientras se ponía los calzoncillos casi de seda comenzaron a hablar y nuestro protagonista le dio su número de teléfono a lo que el otro contestó que el suyo ya lo tenía, que se lo había dado hacía unos meses cuando, por motivos de tiempo, se habían hecho un servicio rápido en ese mismo área de descanso de madrugada y que al no haberlo llamado pensó que pasaba de él, de todas formas le dio el número, y mientras iba cantando las cifras a modo de niño de San Ildefonso, nuestro protagonista se daba cuenta que era el mismo número que había en el papel que había tirado hacía una hora y media que no le dejaba estar cómodo...
viernes, 16 de octubre de 2009
Pasatiempo
Muchas veces cuando paro de nuevo en un área de descanso o en alguno de los sitios que hay a lo largo de la geografía mientras descanso, forma políticamente correcta de llamar al periodo de espera que todos empleamos al llegar a un parque temático a la espera de algún ítem interesante, juego a los siete errores, intento recordar la última vez que estuve allí y comparo lo que recuerdo con lo que veo en ese momento. Es un ejercicio bastante entretenido y sirve para prevenir los fallos de memoria, que ha ciertas edades comienzan a aparecer. Imaginemos un área de descanso cualquiera la que acudamos con cierta frecuencia, seguro que tenemos un sitio preferido para aparcar, bien por qué es más discreto bien por qué se ve mejor lo que ocurre en el área bien por qué creemos que desde ese lugar se ve primero al que llega y creemos que eso nos da ventaja, ya sabéis salir del coche para estar en el punto exacto en el momento determinado, pues bien desde ese punto la vista del área siempre es la misma, los árboles, si los hubiera, las zonas de aparcamiento, el edificio con los aseos que más bien debiéramos decir la taquilla porqué a veces hay cola como en el cine otras simplemente hay los justos, dos para que más, pero que es visita obligada en toda área de descanso que se precie y que disponga de estas instalaciones. Por deformación se tiende a buscar un lugar en el que se vea la zona donde paran los camiones, creerme que se nota mucho al entrar a un área de descanso las personas que están aparcadas al acecho de los transportistas, cuando entras parece que se les encienden todos los radares y despiertan del letargo producido por la espera, con el buen tiempo pueden estar paseando, pero con la llegada del otoño cuando aparece un vehículo pesado no sopesan el frío que pueda hacer y salen raudos. Pues como los demás yo también tengo un lugar preferido en las áreas que paro, así que una vez estacionado, tras la visual de turno y si no hay algo que me llama la atención, en ese periodo de espera comparo la vista con lo que recuerdo de las visitas anteriores. Ves que se ha deteriorado la taquilla, porqué fomento no realiza muchas mejoras en las áreas de descanso y en las de nueva construcción ya ni se molesta en construir taquillas ni siquiera en colocar árboles, así que en caso de necesidad fisiológica te las has de apañar como puedas, cierto es que mingitar al aire libre tiene su punto, sobre todo por la cantidad de amistades que se pueden hacer durante y después de ello, pero el concepto de privacidad deja mucho que desear. Pero bueno estábamos en buscar errores, a veces ves una pintada nueva que te llama la atención, ves como alguien ha cambiado de número de teléfono y ha borrado el anterior que había escrito o algún nuevo intento de contacto del tipo “Pepe, 34 wapo 11-13 todos los días”, estos son errores menores además no soy capaz de recordar todas las pintadas que veo, mi capacidad es limitada. Las diferencias importantes que busco se refieren a la gente, por norma general en las áreas habituales se encuentra casi siempre gente incluida en el paisaje, es este tipo de diferencias las que busco, ves al repartidor de congelados que parece que pasa siempre a la misma hora que paras tu, al comercial que está llamando por teléfono mientras analiza a la gente que está en el área, al que pasaba por allí y está como alma en pena buscando consuelo con un umbral de tolerancia escaso ya que lo que quiere realmente es aliviarse para continuar viaje, al compañero que has jodido porqué estaba a punto de entablar conversación con el de la grúa y luego los que, por culpa de la crisis, pasan el tiempo en el área porque follando las penas son menos penas. Grosso modo está es la escena del área habitual. Ahora, gracias a la publicidad que algunos sitios han recibido, se puede decir que el riesgo de tirarle los trastos a un compañero en estos áreas y ser rechazado es pequeño e incluso nulo ya que, al ser por todos conocido que estas áreas son verdaderos parques temáticos, los que no son amantes de ello paran en algún bar antes o después de los mismos por lo que los que paramos en estas áreas somos verdaderos forofos del tema. Algunos, la mayoría, por eso de que no se conozca su condición, paran en los bares que se encuentran antes o después, pasando a convertirse estos en salas de espera ya que últimamente se dan situaciones que hace poco tiempo eran impensables tales como entablar conversación que deriva en eyaculación asistida con compañeros en estos bares ya que el instinto es el mismo pero al temer ser señalados por parar en esos áreas buscan evasión en las zonas políticamente correctas. Así que ahora los bares de carretera que están cercanos a los parques temáticos se están convirtiendo en sucursales. Seguramente ya lo habréis notado, esos sitios habitúales están carentes de conductores de vehículos pesados, incluso aquellos que era habituales ahora son esporádicos, casi siempre cuando la noche ha aparecido y no se les puede distinguir desde la carretera. Así que ahora el ir de cruissing se ha convertido en ir de cañas, pero ya sabéis sin alcohol que luego te hacen soplar y sale muy caro, claro que si has sudado es posible que hayas eliminado lo que has bebido.
sábado, 4 de julio de 2009
Día del Orgullo
¿Qué hace que sepamos que alguien está en ese lugar a lo mismo que nosotros? Está cuestión siempre me costó contestarla, quizá sea la experiencia, que dicen que es un grado, o la intuición, ya sabemos lo que se dice que tenemos un sexto sentido para localizar a los colegas que entienden entre la multitud, pero en cualquier caso el miedo a meter la pata nos coloca casi siempre en una situación de duda que, salvo excepciones evidente, termina en la frustración. Muchas veces nos encontramos en un parque temático, de los que todos sabemos de sobra ya su localización, y nos sentimos atraídos, más que sea momentáneamente por un paisano que se ha bajado del coche y, sin saber muy bien porqué ya que no le ha dado tiempo a hacer nada, sabemos, con un margen de error pequeño, que acaba de parar en busca de los mismo que nosotros que estamos allí desde hace un buen rato. Pero aún con la certeza nos da pavor meter la pata y esperamos a que nos dé una señal clara de su postura y aún así tememos el rechazo, cuan baja tenemos la autoestima que nos impide entablar una conversación con alguien. Seguro que muchos estáis pensando en la cantidad de veces que por miedo al rechazo habéis dejado de probar suerte con alguien enmascarándolo de duda cuando realmente era inseguridad.
Hoy, como cada sábado posterior al 28 de Junio, se celebra en día del orgullo gay, que se celebra para instar a la tolerancia e igualdad de los homosexuales, bisexuales y transexuales hecho este que me parece perfecto y digno de todo mi apoyo pero creo, quizá equivocadamente, que somos nosotros los primeros en promocionar las diferencias con los demás. Creo que legislar a favor de la igualdad es algo positivo y que ayuda a la normalización, que es mucho más fácil en grandes ciudades, pedir que un paisano, o paisana que hay que ser políticamente correcto, que vive en una ciudad media o pequeña o un pueblo de Castilla, para así crear normalizar su situación es pedir demasiado aunque haya leyes que le protejan, no veo a Mario y Vicente pasar por el ayuntamiento o el juzgado para normalizar su situación, que llevan 17 años juntos, en un pueblo de 800 habitantes y, si bien todos creen saber lo que hay, sería un tema de conversación para los restos aunque seguramente los que vinieran después tuvieran el camino más llano. Es decir la realidad depende de donde se viva, de cómo sea uno, porqué hay personas que no necesitan demostrar nada a nadie para ser felices, viven como cualquier persona con la diferencia que se acuestan, comparten, discuten y se reconcilian con una persona de su mismo sexo. Quizá, por mi profesión, me veo abogado a no hacer pública mis preferencias sexuales y no ocultaré que durante muchos años negué la mayor siguiendo los roles de los heterosexuales más convencidos, hemos avanzado, pero quizá el avance sea individual más que colectivo, al paso de los años te das cuenta que lo importante es estar bien con uno mismo y para ello has de vivir en consecuencia con tus creencias, sean las que sean.
Pero, retomando el inicio del escrito, diré que ciertamente pienso que los más excluyentes somos nosotros mismos ya que no somos capaces de normalizar nuestras relaciones acudiendo a zonas temáticas, áreas playas, parques y demás más propios de una época pasada en la que intentábamos ocultarnos. Quizá sea el morbo que nos producen estos sitios, o la inmediatez de la respuesta a un estímulo, pero sea como fuere reincidimos en estos lugares y nos comportamos como seres socialmente excluidos, quizá si nosotros nos comportásemos de una forma normal los demás nos vean acepten como somos, que es lo que realmente debe de ocurrir. Por eso, en esta fecha, me gustaría que cada uno de nosotros lo viva más que como una reivindicación como una normalización, haciendo aquello que siempre hace sin necesidad de mostrar un hecho diferencial que realmente no existe.
Hoy, como cada sábado posterior al 28 de Junio, se celebra en día del orgullo gay, que se celebra para instar a la tolerancia e igualdad de los homosexuales, bisexuales y transexuales hecho este que me parece perfecto y digno de todo mi apoyo pero creo, quizá equivocadamente, que somos nosotros los primeros en promocionar las diferencias con los demás. Creo que legislar a favor de la igualdad es algo positivo y que ayuda a la normalización, que es mucho más fácil en grandes ciudades, pedir que un paisano, o paisana que hay que ser políticamente correcto, que vive en una ciudad media o pequeña o un pueblo de Castilla, para así crear normalizar su situación es pedir demasiado aunque haya leyes que le protejan, no veo a Mario y Vicente pasar por el ayuntamiento o el juzgado para normalizar su situación, que llevan 17 años juntos, en un pueblo de 800 habitantes y, si bien todos creen saber lo que hay, sería un tema de conversación para los restos aunque seguramente los que vinieran después tuvieran el camino más llano. Es decir la realidad depende de donde se viva, de cómo sea uno, porqué hay personas que no necesitan demostrar nada a nadie para ser felices, viven como cualquier persona con la diferencia que se acuestan, comparten, discuten y se reconcilian con una persona de su mismo sexo. Quizá, por mi profesión, me veo abogado a no hacer pública mis preferencias sexuales y no ocultaré que durante muchos años negué la mayor siguiendo los roles de los heterosexuales más convencidos, hemos avanzado, pero quizá el avance sea individual más que colectivo, al paso de los años te das cuenta que lo importante es estar bien con uno mismo y para ello has de vivir en consecuencia con tus creencias, sean las que sean.
Pero, retomando el inicio del escrito, diré que ciertamente pienso que los más excluyentes somos nosotros mismos ya que no somos capaces de normalizar nuestras relaciones acudiendo a zonas temáticas, áreas playas, parques y demás más propios de una época pasada en la que intentábamos ocultarnos. Quizá sea el morbo que nos producen estos sitios, o la inmediatez de la respuesta a un estímulo, pero sea como fuere reincidimos en estos lugares y nos comportamos como seres socialmente excluidos, quizá si nosotros nos comportásemos de una forma normal los demás nos vean acepten como somos, que es lo que realmente debe de ocurrir. Por eso, en esta fecha, me gustaría que cada uno de nosotros lo viva más que como una reivindicación como una normalización, haciendo aquello que siempre hace sin necesidad de mostrar un hecho diferencial que realmente no existe.
jueves, 18 de junio de 2009
Vemos lo que queremos
Muchas veces he intentado entender porqué cuando estamos en un área de descanso y aparece la Guardia Civil nos ponemos nerviosos e intentamos salir pitando de allí, nótese que he utilizado la primera persona del plural porque a mí también me ha pasado a veces. Quizá sea porque pensamos que estamos haciendo algo malo, ¿es malo intentar conocer gente para echar un polvo? Es una práctica normal en aquellos lugares socialmente adecuados, o que se entiende por socialmente adecuados, así por ejemplo si estamos en un bar y notamos que puede haber tema con un parroquiano y aparece la Guardia Civil no nos ponemos nerviosos ni intentamos salir de allí, es algo que se considera posible y normal, seguimos con los intentos de contacto y, si es fructífero, salimos de allí para echar el polvo de rigor. No es así en las áreas de descanso, cuando aparece la autoridad competente parece que nos entra el complejo de culpa a modo de ratero que está pillando en los grandes almacenes y siente que le han pillado metiéndose en el bolsillo la mercancía, hay gente que comienza a sudar e intenta, infructuosamente, despistar notándose aún más lo que andaba haciendo por allí. Esa forma de buscar la ruta más corta hacia el coche esquivando la ruta de las autoridades, realmente la aparición de la Guardia Civil, en la mayoría de los casos, es el mejor remedio contra la libido elevada.
Conocedores de esto parece que hay una cruzada para eliminar a los que van a las áreas de descanso a algo más que descansar. Como he comentado en alguna ocasión mucha culpa es nuestra ya que muchas veces nos hemos pasado de vueltas creyendo que además de ser para descansar llevaban la cama incluida, pero la pregunta del millón es si nos pueden decir algo pro estar descansando en las áreas, obviamente no son gilipollas y saben perfectamente a lo que andamos, pero de saber a probar y de probar a poder hacer algo va un mundo. He comentado esto con mi amigo el guardia y ciertamente me ha dicho que no pueden hacer nada, que simplemente somos unas personas que estamos descansando, el problema es cuando ese descanso lleva incluido el intercambio de fluidos y, más aún, cuando no nos cortamos de hacerlo en algún lugar poco privado. Con estos datos el otro día paré en el área de Villalmanzo, ya he hablado de el en alguna ocasión, me gusta para ahí porque no es demasiado populoso, sólo éramos tres personas, e invita a la conversación. Pues estábamos en intentar conversar, con unos más que con otros, porque ya sabéis que el interés por las personas no siempre es el mismo, pues bien estábamos en relacionarnos verbalmente, yo intentándolo con uno pero otro estaba por la labor de no permitir el diálogo sino más bien por la terapia de grupo, cosa que no es desagradable pero cuando todos los integrantes del grupo tienen al menos un punto en común, en el caso que nos ocupa la correspondencia era unívoca, de él hacia nosotros, pero, a pesar de que las señales que le enviábamos eran claras, el no se daba por enterado, comprendo que su entrepierna le guiaba y que, al parecer, llevaba allí un buen rato, con lo que la ansiedad le nublaba el raciocinio y le impedía entender las señales. Bueno, estábamos comenzando una conversación normal, típica diría yo, el tiempo, el calor, el cansancio, el aburrimiento, este último es muy utilizado para indicar el estado del contertulio, tantas horas solo sin hablar, vamos lo que viene siendo la conversación de entrada que, en un contexto normalizado, desemboca igual que el Ebro en Tortosa inevitablemente, en un polvo o en un tocamiento, que muchas veces es en lo que quedan estos escarceos. Nosotros intentando comunicarnos, el otro como un satélite rondando y de repente aparece la guardia Civil. Mi contertulio y yo continuamos con nuestra conversación, obviamente miramos de reojo a la pareja, no por el interés de su estado físico que, para qué negarlo, era mejor de uno que de otro, sino por la maniobra que harían. Nuestro satélite particular pasó de nuestra órbita a un eclipse total, desapareció, no me preguntéis bien cómo ni por donde pero en el tiempo que transcurre en mirar a la pareja de guardias y volver a ubicarle no estaba ni él ni su coche. Los guardias, educados como siempre, pararon y se dirigieron hacia nosotros, yo ya me vi sacando todos los papeles, los discos del tacómetro y pensando si lo tenía todo en regla, vamos lo normal cada vez que un guardia me dice buenos días, pero no fue así, tanto yo como mi contertulio estábamos muy tranquilos y cuando el guardia nos dijo buenos días nos mostramos impasibles, no nos pidieron nada, cosa rara, se dieron una vuelta, entraron en el coche, nosotros continuamos la conversación que habíamos empezado y concluimos en quedar un poco más adelante para concretar más sobre nuestra personalidad. Últimamente aparece mucho la Guardia Civil por las áreas de descanso, reconozco que alguna vez me he puesto nervioso, ahora me he dado cuenta que no hago nada malo y que realmente lo hacen por nuestra seguridad, que se note el peloteo jajaja, que lo principal es saber que no hay nada de malo en entablar una conversación con otras personas, que si está mal ponerse a follar allí mismo, porque puedes molestar a otros, cosa normal, pero que no hay que pensar que si usamos las áreas de descanso para descansar y entablar una conversación en ruta nos pueden meter un paquete porqué realmente para eso están ¿no?
Conocedores de esto parece que hay una cruzada para eliminar a los que van a las áreas de descanso a algo más que descansar. Como he comentado en alguna ocasión mucha culpa es nuestra ya que muchas veces nos hemos pasado de vueltas creyendo que además de ser para descansar llevaban la cama incluida, pero la pregunta del millón es si nos pueden decir algo pro estar descansando en las áreas, obviamente no son gilipollas y saben perfectamente a lo que andamos, pero de saber a probar y de probar a poder hacer algo va un mundo. He comentado esto con mi amigo el guardia y ciertamente me ha dicho que no pueden hacer nada, que simplemente somos unas personas que estamos descansando, el problema es cuando ese descanso lleva incluido el intercambio de fluidos y, más aún, cuando no nos cortamos de hacerlo en algún lugar poco privado. Con estos datos el otro día paré en el área de Villalmanzo, ya he hablado de el en alguna ocasión, me gusta para ahí porque no es demasiado populoso, sólo éramos tres personas, e invita a la conversación. Pues estábamos en intentar conversar, con unos más que con otros, porque ya sabéis que el interés por las personas no siempre es el mismo, pues bien estábamos en relacionarnos verbalmente, yo intentándolo con uno pero otro estaba por la labor de no permitir el diálogo sino más bien por la terapia de grupo, cosa que no es desagradable pero cuando todos los integrantes del grupo tienen al menos un punto en común, en el caso que nos ocupa la correspondencia era unívoca, de él hacia nosotros, pero, a pesar de que las señales que le enviábamos eran claras, el no se daba por enterado, comprendo que su entrepierna le guiaba y que, al parecer, llevaba allí un buen rato, con lo que la ansiedad le nublaba el raciocinio y le impedía entender las señales. Bueno, estábamos comenzando una conversación normal, típica diría yo, el tiempo, el calor, el cansancio, el aburrimiento, este último es muy utilizado para indicar el estado del contertulio, tantas horas solo sin hablar, vamos lo que viene siendo la conversación de entrada que, en un contexto normalizado, desemboca igual que el Ebro en Tortosa inevitablemente, en un polvo o en un tocamiento, que muchas veces es en lo que quedan estos escarceos. Nosotros intentando comunicarnos, el otro como un satélite rondando y de repente aparece la guardia Civil. Mi contertulio y yo continuamos con nuestra conversación, obviamente miramos de reojo a la pareja, no por el interés de su estado físico que, para qué negarlo, era mejor de uno que de otro, sino por la maniobra que harían. Nuestro satélite particular pasó de nuestra órbita a un eclipse total, desapareció, no me preguntéis bien cómo ni por donde pero en el tiempo que transcurre en mirar a la pareja de guardias y volver a ubicarle no estaba ni él ni su coche. Los guardias, educados como siempre, pararon y se dirigieron hacia nosotros, yo ya me vi sacando todos los papeles, los discos del tacómetro y pensando si lo tenía todo en regla, vamos lo normal cada vez que un guardia me dice buenos días, pero no fue así, tanto yo como mi contertulio estábamos muy tranquilos y cuando el guardia nos dijo buenos días nos mostramos impasibles, no nos pidieron nada, cosa rara, se dieron una vuelta, entraron en el coche, nosotros continuamos la conversación que habíamos empezado y concluimos en quedar un poco más adelante para concretar más sobre nuestra personalidad. Últimamente aparece mucho la Guardia Civil por las áreas de descanso, reconozco que alguna vez me he puesto nervioso, ahora me he dado cuenta que no hago nada malo y que realmente lo hacen por nuestra seguridad, que se note el peloteo jajaja, que lo principal es saber que no hay nada de malo en entablar una conversación con otras personas, que si está mal ponerse a follar allí mismo, porque puedes molestar a otros, cosa normal, pero que no hay que pensar que si usamos las áreas de descanso para descansar y entablar una conversación en ruta nos pueden meter un paquete porqué realmente para eso están ¿no?
lunes, 8 de junio de 2009
¿pérdidas o beneficios?
Tal vez llegó demasiado apurado y no se dio cuenta que se habían fijado en el, aparcó y casi sin tiempo salió del coche, a simple vista no era más que un viajero apurado en busca de un lugar donde evacuar. Tropezó con la puerta cerrada de los aseos y se dirigió hacia la parte de atrás de los aseos, no era demasiado tarde, la noche comenzaba a caer y aún se dilucidaban las siluetas de los que estaban descansando en el área. Alguien definió el segundo como el tiempo que tardan en pitarte en Madrid cuando se pone el semáforo en verde y no has arrancado, pues en ese tiempo desfilaron tres personas tras la misma esquina por la que se había metido el, aparentemente apurado, viajero. Ciertamente para un no iniciado la escena no tendría nada de anormal ya que la parte de atrás de los aseos era la parte más normal para poder evacuar de urgencia tras haber intentado hacerlo en el sitio natural, es decir en la construcción que a tal efecto tiene el área de descanso. Pero cuando tienes algo más de escuela te das cuenta que los que han entrado tras el aparentemente apurado viajero llevan más tiempo que tú en el área, y llevan un buen rato, casi tanto como para tener una vejiga de unos cuarenta litros de capacidad o unos pantalones con unos botones imposibles de desabrochar o usan unos suspensorios demasiado apretados que le impiden realizar la operación precia a la evacuación con normalidad, te das cuenta que hay algo más.
En ese momento en que te das cuenta que hay algo más es cuando la mente comienza a crear una película que, la mayoría de las veces no tiene nada que ver con la realidad. La noche va haciendo más complicada la visibilidad y comienzas a hacer cábalas sobre si habrá salido alguno si seguirán los cuatro, y en cualquiera de las combinaciones que imaginas ves a alguno en posición de cúbito supino, a otros con una mamada asistida y a uno, normalmente el que más te ha puesto de ellos, dejándose hacer. Es en estos momentos cuando se supera la aceleración de 0 a 100 de cualquier vehículo, notas como el pantalón te va quedando más ajustado, y si estás en el coche sentado comienzas a buscar postura para que la tela se vaya amoldando más a lo que está pasando en tu entrepierna, en algunos casos liberas la causa de tu estrechez sacándola al aire para ver como se ha puesto por causas mentales nada más.
Tras un periodo prudente que puede ir desde los dos semáforos en verde a los sesenta, esto depende de la prudencia de cada uno, el aventajado observador se baja del coche y se acerca, de forma cautelosa, hacia la misma esquina por donde desaparecieron el aparentemente apurado y los tres viajeros, se asoma disimuladamente pero la noche le impide ver con claridad, simplemente escucha unos gemidos, duda pero finalmente se acerca para poder ver con más claridad, se acerca con sigilo pero en el camino tropieza y le suenan las llaves, los aparentes gemidos desaparecen momentáneamente pero reaparecen rápidamente, las conclusiones del explorador ya eran definitivas, por lo menos tres tíos montándoselo allí mismo y ahora sabían que alguien se acercaba y no les ha importado con lo cual tenía una probabilidad de fiesta grande. Efectivamente cuando se acercó se encontró a tres de los cuatro sujetos, ninguno en cúbito supino, pero si uno dejándose hacer por los otros dos, fue bien acogido y rápidamente integrado, se marcaron un polvo de la leche y salieron de allí hablando con tranquilidad, se dieron los móviles para volver a coincidir y efectivamente han coincidido más veces.
Pero si volvemos al inicio de este escrito y cambiamos el personaje que está sentado en su vehículo por un hombre simplemente curioso, heterosexual, o eso cree, y, como nuestro personaje inicial, se acerca, no atraído por la curiosidad sino por la necesidad de evacuar, y se encuentra a los tres tíos gimiendo puede ocurrir varias cosas, la óptima que descubra que eso de montárselo con otros tíos le va, que le dé más vergüenza a él que a los tres que están dándole que te pego o que se escandalice y decida comunicarlo a quien corresponda. Si el sujeto que se acerca resulta que viaja con unos críos y va con uno de ellos a evacuar, como el personaje de nuestro relato, la cosa se complica y mucho. Estas últimas situaciones son las que hacen que poco a poco se intente poner coto a los sitios de cruising, inicialmente te encuentras los aseos cerrados, es el primer paso de la clausura, posteriormente cierran las áreas de descanso por obras, ya se sabe que somos animales de costumbres y si dejamos de ir a unas zonas durante un tiempo determinado pues buscamos otras olvidándonos de las primeras, craso error pero ciertamente el volumen de visitas disminuye momentáneamente, y finalmente colocan cámaras de seguridad por nuestra seguridad, ya sabéis como los radares, pero es algo con lo que intentan intimidarnos.
¿Perjudicados? Nosotros, ¿Beneficiados? Mercedes Milá que tiene tema para numerosos programas.
En ese momento en que te das cuenta que hay algo más es cuando la mente comienza a crear una película que, la mayoría de las veces no tiene nada que ver con la realidad. La noche va haciendo más complicada la visibilidad y comienzas a hacer cábalas sobre si habrá salido alguno si seguirán los cuatro, y en cualquiera de las combinaciones que imaginas ves a alguno en posición de cúbito supino, a otros con una mamada asistida y a uno, normalmente el que más te ha puesto de ellos, dejándose hacer. Es en estos momentos cuando se supera la aceleración de 0 a 100 de cualquier vehículo, notas como el pantalón te va quedando más ajustado, y si estás en el coche sentado comienzas a buscar postura para que la tela se vaya amoldando más a lo que está pasando en tu entrepierna, en algunos casos liberas la causa de tu estrechez sacándola al aire para ver como se ha puesto por causas mentales nada más.
Tras un periodo prudente que puede ir desde los dos semáforos en verde a los sesenta, esto depende de la prudencia de cada uno, el aventajado observador se baja del coche y se acerca, de forma cautelosa, hacia la misma esquina por donde desaparecieron el aparentemente apurado y los tres viajeros, se asoma disimuladamente pero la noche le impide ver con claridad, simplemente escucha unos gemidos, duda pero finalmente se acerca para poder ver con más claridad, se acerca con sigilo pero en el camino tropieza y le suenan las llaves, los aparentes gemidos desaparecen momentáneamente pero reaparecen rápidamente, las conclusiones del explorador ya eran definitivas, por lo menos tres tíos montándoselo allí mismo y ahora sabían que alguien se acercaba y no les ha importado con lo cual tenía una probabilidad de fiesta grande. Efectivamente cuando se acercó se encontró a tres de los cuatro sujetos, ninguno en cúbito supino, pero si uno dejándose hacer por los otros dos, fue bien acogido y rápidamente integrado, se marcaron un polvo de la leche y salieron de allí hablando con tranquilidad, se dieron los móviles para volver a coincidir y efectivamente han coincidido más veces.
Pero si volvemos al inicio de este escrito y cambiamos el personaje que está sentado en su vehículo por un hombre simplemente curioso, heterosexual, o eso cree, y, como nuestro personaje inicial, se acerca, no atraído por la curiosidad sino por la necesidad de evacuar, y se encuentra a los tres tíos gimiendo puede ocurrir varias cosas, la óptima que descubra que eso de montárselo con otros tíos le va, que le dé más vergüenza a él que a los tres que están dándole que te pego o que se escandalice y decida comunicarlo a quien corresponda. Si el sujeto que se acerca resulta que viaja con unos críos y va con uno de ellos a evacuar, como el personaje de nuestro relato, la cosa se complica y mucho. Estas últimas situaciones son las que hacen que poco a poco se intente poner coto a los sitios de cruising, inicialmente te encuentras los aseos cerrados, es el primer paso de la clausura, posteriormente cierran las áreas de descanso por obras, ya se sabe que somos animales de costumbres y si dejamos de ir a unas zonas durante un tiempo determinado pues buscamos otras olvidándonos de las primeras, craso error pero ciertamente el volumen de visitas disminuye momentáneamente, y finalmente colocan cámaras de seguridad por nuestra seguridad, ya sabéis como los radares, pero es algo con lo que intentan intimidarnos.
¿Perjudicados? Nosotros, ¿Beneficiados? Mercedes Milá que tiene tema para numerosos programas.
viernes, 5 de junio de 2009
Vestidos de gala
Finalmente ha salido del quirófano la nueva web, parto complicado el que se ha tenido pero parece que ya está, ahora a arreglar esos pequeños errores que tanto desesperan al webmaster. Van a hacer ocho años desde que comenzó la andadura y durante estos años han pasado muchas cosas, aumento de oferta de contenidos, aumento de visitantes, aumento del tráfico, compra de espacio web y hasta han tenido un cambio de titularidad, cosas de las cuales no nos enteramos pero que hacen de este espacio un lugar entrañable, en especial los que hemos visto como iba creciendo.
Pero es quizá en esta última etapa cuando más nos hemos dado cuenta de la cantidad de gente que utiliza esta página para ubicar localizaciones o para contactar con otras personas, creo que alguien estaba asustado cuando se dio cuenta de la cantidad de personas que hacían de lo que inicialmente fue algo meramente como entretenimiento para demostrar a otros que no podían jugar con las personas como habían jugado una comunidad de personas interesadas en esta cosa tan etérea como es el cruissing que no es más que la forma más antigua de ligar, algo denostado por las nuevas tecnologías pero que algunos, entre los que me incluyo, no creemos que desaparezca a pesar de los intentos que muchas personas realizan para que así sea.
Muchas veces he comentado que los principales artífices de que las zonas desaparezcan somos nosotros que creemos que las áreas de descanso, parques, playas y bosques son sólo para nosotros y obviamos que son lugares públicos y que podemos, de hecho creo que a mí también me ocurriría, molestar a otras personas que no tienen nada que ver con el rollo que nosotros tenemos interpretando lo que para nosotros es algo normal como una depravación, como esas personas son mayoría el bien general se inclina hacia ellos obligando a que las autoridades competentes tomen medias para eliminar lo que para ellos está mal y para nosotros es normal.
Siempre he abogado por la discreción, por el contacto con tacto que se suele decir, se puede encontrar a alguien con el que tienes feeling pero no por ello has de ponerte a comprobar cuanto feeling tienes delante de todo el mundo sin importante los demás, cierto es que en algunos momentos el mundo gira alrededor nuestro sintiéndonos únicos en el lugar que estemos no dándonos cuenta de que otras personas están cerca nada más que cuando el centro del raciocinio se reposiciona en su lugar correcto, esto ocurre en el mejor de los casos porque a veces, más de las que yo mismo creía, ese sentimiento de haber hecho algo incorrecto no nos invade.
Estas razones, entre otras, hacen que la web se haya de actualizar de forma periódica. En la próxima actualización veréis que muchos sitios han desaparecido, algunos porque se ha construido otros porque las autoridades han conseguido que dejemos de utilizarlas, otras nuevas han aparecido esperemos que seamos capaces de usar estos espacios de forma correcta y se vayan convirtiendo en parques temáticos como antaño fueron sus antecesores.
Con el deseo de que de toda esta web salga algo de provecho y que continúe durante muchos más años felicito a todos aquellos que habéis conseguido que hayamos llegado a donde estamos, es decir os felicito a todos.
Pero es quizá en esta última etapa cuando más nos hemos dado cuenta de la cantidad de gente que utiliza esta página para ubicar localizaciones o para contactar con otras personas, creo que alguien estaba asustado cuando se dio cuenta de la cantidad de personas que hacían de lo que inicialmente fue algo meramente como entretenimiento para demostrar a otros que no podían jugar con las personas como habían jugado una comunidad de personas interesadas en esta cosa tan etérea como es el cruissing que no es más que la forma más antigua de ligar, algo denostado por las nuevas tecnologías pero que algunos, entre los que me incluyo, no creemos que desaparezca a pesar de los intentos que muchas personas realizan para que así sea.
Muchas veces he comentado que los principales artífices de que las zonas desaparezcan somos nosotros que creemos que las áreas de descanso, parques, playas y bosques son sólo para nosotros y obviamos que son lugares públicos y que podemos, de hecho creo que a mí también me ocurriría, molestar a otras personas que no tienen nada que ver con el rollo que nosotros tenemos interpretando lo que para nosotros es algo normal como una depravación, como esas personas son mayoría el bien general se inclina hacia ellos obligando a que las autoridades competentes tomen medias para eliminar lo que para ellos está mal y para nosotros es normal.
Siempre he abogado por la discreción, por el contacto con tacto que se suele decir, se puede encontrar a alguien con el que tienes feeling pero no por ello has de ponerte a comprobar cuanto feeling tienes delante de todo el mundo sin importante los demás, cierto es que en algunos momentos el mundo gira alrededor nuestro sintiéndonos únicos en el lugar que estemos no dándonos cuenta de que otras personas están cerca nada más que cuando el centro del raciocinio se reposiciona en su lugar correcto, esto ocurre en el mejor de los casos porque a veces, más de las que yo mismo creía, ese sentimiento de haber hecho algo incorrecto no nos invade.
Estas razones, entre otras, hacen que la web se haya de actualizar de forma periódica. En la próxima actualización veréis que muchos sitios han desaparecido, algunos porque se ha construido otros porque las autoridades han conseguido que dejemos de utilizarlas, otras nuevas han aparecido esperemos que seamos capaces de usar estos espacios de forma correcta y se vayan convirtiendo en parques temáticos como antaño fueron sus antecesores.
Con el deseo de que de toda esta web salga algo de provecho y que continúe durante muchos más años felicito a todos aquellos que habéis conseguido que hayamos llegado a donde estamos, es decir os felicito a todos.
viernes, 15 de mayo de 2009
Ambas empiezan por "C"
Siempre ha sido un misterio porqué unas áreas de descanso se convierten en parques temáticos y otras no, o porqué unas zonas son propicias para ello mientras otras, que seguramente tengan las mismas o mejores condiciones, pasan inadvertidas. Más o menos todas las áreas urbanas tienen cerca una localización que realmente es donde todos acuden, luego están las, por llamarlas de alguna forma, zonas subsidiarias, aquellas que en el esquema que nos montamos a la hora de ir en busca de sexo, o debería decir de morbo, son secundarias y únicamente en caso de auténtica necesidad acudimos a ellas salvo que nos pillen de paso. Los que yo llamo parques temáticos no suelen estar demasiado alejados de las ciudades, existen casos extremos, pero normalmente en unos veinte minutos en coche estamos en ellas. Con el crecimiento de las ciudades antiguas zonas de cruissing van desapareciendo a favor de bloques de edificios o, en algunos casos, a favor de la policía, ya que los vecinos de esas zonas, normalmente verdes, se quejan de inseguridad, siempre existe alguno que gusta de enseñar su bellota a todo aquel que pasa por allí y es, obviamente, crea inseguridad ciudadana. Pero sea como sea siempre se encuentra algún lugar donde poder ir a conocer gente.
Muchos son los intentos de los visitantes de la web para la que escribo de intentar poner de moda una zona que, para ellos bien sea por cercanía, la mayoría de las veces, porque realmente lo que nos gustaría a todos sería asomarnos a la ventana de casa y ver si lo que hay nos gusta o no para no tener que salir de casa, especialmente en invierno, vamos como se puede hacer por internet pero sin necesidad de tener que mantener una conversación mediante un chat, que teclear cansa cuando se piensa con la bellota, sin tener que describirnos, porqué en el fondo todos medimos más y pesamos menos, y sin el riesgo de que nos dejen tirados, porque por mucho que nos demos el móvil muchas veces nos quedamos compuestos y sin contrincante y es en ese momento, cuando ya hemos salido de casa con la calentura propia de una larga conversación de chat y nos encontramos tirados en una bar, o en una calle o en un descampado cuando tiramos de aquellos parques temáticos certeros porque ya que nos hemos puesto guapos para el chateador hemos de aprovechar. Vamos que son intentos de tener el videochat en la ventana de casa con la comodidad de que no nos vean y poder elegir antes de quitarnos las zapatillas.
Es una de las ventajas del cruissing frente al chat, que se ve con quien estás hablando, o intentando hablar, y no da lugar a muchas dudas. Cuando dos personas que están “paseando” por un parque temático, preguntas tales como ¿Cómo eres? ¿Cuánto mides? Pasan a ser preguntas como ¿Tienes hora? ¿Queda mucho para tal pueblo? o un simple “Hola, ¿Qué tal?” que siempre es bueno para saber si te van a seguir la conversación, es decir si tenéis feeling, o no. Claro esto es en el supuesto que se hable, porque muchas veces ni se habla, esta cualidad no siempre es necesaria ya que a veces te encuentras al paisano, o eres tú mismo, con la bellota en la mano y pasas directamente a jugar con ella mientras que dices un lacónico “hola” por mera cortesía ya que en el caso que no le gustaras hubiese guardado la susodicha dentro del pantalón y paz y después gloria.
Otra gran ventaja es la rentabilidad que se le saca a un paquete de tabaco, en el caso de que se fume claro, ya que cuando estás chateando la ansiedad hace que fumes compulsivamente en la desesperada búsqueda o bien dejes que el cigarro se consuma mientras estás metido en una conversación interesante o esforzándote al máximo para conseguir sacar a tu contertulio de casa para poder quedar. Realmente disfrutas el cigarro que enciendes cuando ya has quedado con alguien o cuando, aburrido de responder a la batería de preguntas tras horas te das cuentas que has estado perdiendo el tiempo, el primero de satisfacción el segundo de desesperación. Mientras que un paquete de tabaco en un parque temático te sirve para pedir hasta veinte veces fuego a aquellas personas que, no teniendo la bellotita fuera, te gustaría que la sacaran, o para que te pidan un cigarro aquellos que quieren ver tu bellotita. Con lo cual el paquete de tabaco es mucho más rentable en una zona de cruissing que en casa.
No menos importante es la parte del ejercicio. Chatear implica ser sedentario, con el riesgo que eso tiene para el sistema vascular, y estar pendiente de una pantalla, con lo malo que es para la vista. Mientras que hacer cruissing implica aire libre, hacer ejercicio, más que sea paseando, en aquellos parques temáticos que son grandes y hay que meterse en el bosque respirando el aire puro, o entrar y salir del coche muchas veces en aquellos en los que son más pequeños y queremos entablar conversación. En ambos la agudeza visual mejora ya que estamos pendientes de lo que nos rodea, en el primer caso para poder escudriñar entre la vegetación a otros candidatos y en el segundo para ver quien llega, por donde se mueve y mantener un esquema de la zona. Si estamos chateando el sentido del oído lo ejercitamos mientras escuchamos música o la tele de fondo y con el ruido del teclado, mientras que si estamos en un parque temático el oído nos ayuda a descubrir gente entre la vegetación o avisarnos de la llegada de un vehículo o si alguien ha entrado en el servicio.Estos son algunos ejemplos a favor del cruissing, claro está que chatear te da un anonimato que el cruissing no, te permite ser quien no eres, aunque esto no creo que lleve a ninguna parte ya que ser quien no eres implica que nunca podrás conocer a nadie luego no veo clara la jugada, pero lo que menos entiendo es ese interés de muchos por conocer absolutamente todo respecto al contertulio del chat antes de verle en persona, no sólo como es físicamente y como es más menos su personalidad, sino su rol sexual, como es su bellotita y demás. Es como si no dejasen nada para el después, querer bajar los pantalones virtualmente para, en el caso de que alguna vez sea real, no haya lugar a sorpresas. Gracias a internet queremos abandonar la incertidumbre, el ensayo error y el morbo de lo desconocido creyendo que con una batería de preguntas sabremos qué lo que va a ocurrir entre nosotros, en el caso de que algún día nos veamos, será satisfactorio o no. Cuando practicas cruissing al hablar con alguien ya sabes todo aquello que tus sentidos te dicen de la otra personas, con lo cual la batería de preguntas es innecesaria, e inmediatamente de comenzar a hablar con otra personas sabes si la correspondencia es unívoca o reciproca y en algunos caso no necesitas preguntar cómo es la bellotita porque te la están enseñando con lo cual has ganado mucho terreno y ya se sabe que en el silencio se busca lo que entre palabras no se ha podido encontrar.
Muchos son los intentos de los visitantes de la web para la que escribo de intentar poner de moda una zona que, para ellos bien sea por cercanía, la mayoría de las veces, porque realmente lo que nos gustaría a todos sería asomarnos a la ventana de casa y ver si lo que hay nos gusta o no para no tener que salir de casa, especialmente en invierno, vamos como se puede hacer por internet pero sin necesidad de tener que mantener una conversación mediante un chat, que teclear cansa cuando se piensa con la bellota, sin tener que describirnos, porqué en el fondo todos medimos más y pesamos menos, y sin el riesgo de que nos dejen tirados, porque por mucho que nos demos el móvil muchas veces nos quedamos compuestos y sin contrincante y es en ese momento, cuando ya hemos salido de casa con la calentura propia de una larga conversación de chat y nos encontramos tirados en una bar, o en una calle o en un descampado cuando tiramos de aquellos parques temáticos certeros porque ya que nos hemos puesto guapos para el chateador hemos de aprovechar. Vamos que son intentos de tener el videochat en la ventana de casa con la comodidad de que no nos vean y poder elegir antes de quitarnos las zapatillas.
Es una de las ventajas del cruissing frente al chat, que se ve con quien estás hablando, o intentando hablar, y no da lugar a muchas dudas. Cuando dos personas que están “paseando” por un parque temático, preguntas tales como ¿Cómo eres? ¿Cuánto mides? Pasan a ser preguntas como ¿Tienes hora? ¿Queda mucho para tal pueblo? o un simple “Hola, ¿Qué tal?” que siempre es bueno para saber si te van a seguir la conversación, es decir si tenéis feeling, o no. Claro esto es en el supuesto que se hable, porque muchas veces ni se habla, esta cualidad no siempre es necesaria ya que a veces te encuentras al paisano, o eres tú mismo, con la bellota en la mano y pasas directamente a jugar con ella mientras que dices un lacónico “hola” por mera cortesía ya que en el caso que no le gustaras hubiese guardado la susodicha dentro del pantalón y paz y después gloria.
Otra gran ventaja es la rentabilidad que se le saca a un paquete de tabaco, en el caso de que se fume claro, ya que cuando estás chateando la ansiedad hace que fumes compulsivamente en la desesperada búsqueda o bien dejes que el cigarro se consuma mientras estás metido en una conversación interesante o esforzándote al máximo para conseguir sacar a tu contertulio de casa para poder quedar. Realmente disfrutas el cigarro que enciendes cuando ya has quedado con alguien o cuando, aburrido de responder a la batería de preguntas tras horas te das cuentas que has estado perdiendo el tiempo, el primero de satisfacción el segundo de desesperación. Mientras que un paquete de tabaco en un parque temático te sirve para pedir hasta veinte veces fuego a aquellas personas que, no teniendo la bellotita fuera, te gustaría que la sacaran, o para que te pidan un cigarro aquellos que quieren ver tu bellotita. Con lo cual el paquete de tabaco es mucho más rentable en una zona de cruissing que en casa.
No menos importante es la parte del ejercicio. Chatear implica ser sedentario, con el riesgo que eso tiene para el sistema vascular, y estar pendiente de una pantalla, con lo malo que es para la vista. Mientras que hacer cruissing implica aire libre, hacer ejercicio, más que sea paseando, en aquellos parques temáticos que son grandes y hay que meterse en el bosque respirando el aire puro, o entrar y salir del coche muchas veces en aquellos en los que son más pequeños y queremos entablar conversación. En ambos la agudeza visual mejora ya que estamos pendientes de lo que nos rodea, en el primer caso para poder escudriñar entre la vegetación a otros candidatos y en el segundo para ver quien llega, por donde se mueve y mantener un esquema de la zona. Si estamos chateando el sentido del oído lo ejercitamos mientras escuchamos música o la tele de fondo y con el ruido del teclado, mientras que si estamos en un parque temático el oído nos ayuda a descubrir gente entre la vegetación o avisarnos de la llegada de un vehículo o si alguien ha entrado en el servicio.Estos son algunos ejemplos a favor del cruissing, claro está que chatear te da un anonimato que el cruissing no, te permite ser quien no eres, aunque esto no creo que lleve a ninguna parte ya que ser quien no eres implica que nunca podrás conocer a nadie luego no veo clara la jugada, pero lo que menos entiendo es ese interés de muchos por conocer absolutamente todo respecto al contertulio del chat antes de verle en persona, no sólo como es físicamente y como es más menos su personalidad, sino su rol sexual, como es su bellotita y demás. Es como si no dejasen nada para el después, querer bajar los pantalones virtualmente para, en el caso de que alguna vez sea real, no haya lugar a sorpresas. Gracias a internet queremos abandonar la incertidumbre, el ensayo error y el morbo de lo desconocido creyendo que con una batería de preguntas sabremos qué lo que va a ocurrir entre nosotros, en el caso de que algún día nos veamos, será satisfactorio o no. Cuando practicas cruissing al hablar con alguien ya sabes todo aquello que tus sentidos te dicen de la otra personas, con lo cual la batería de preguntas es innecesaria, e inmediatamente de comenzar a hablar con otra personas sabes si la correspondencia es unívoca o reciproca y en algunos caso no necesitas preguntar cómo es la bellotita porque te la están enseñando con lo cual has ganado mucho terreno y ya se sabe que en el silencio se busca lo que entre palabras no se ha podido encontrar.
jueves, 23 de abril de 2009
Visto desde otro punto de vista
Siempre fue un estudioso del arte en España, y eso le había llevado a Calatayud en busca del mudéjar que a partir del XVI se van sustituyendo por las formas clásicas. Había visitado el famoso museo de la Dolores e incluso había participado en las fiestas de San Roque. A lo largo de sus veintisiete años de vida había recorrido la A2 desde Zaragoza a Madrid en multitud de ocasiones pero no fue hasta aquella mañana de octubre cuando llevado por la curiosidad de una reseña que había encontrado en internet, decía que en el km 233 dirección Madrid existía un área de descanso con unas vistas envidiables de la ciudad de Calatayud, esa ciudad que él tan bien conocía por haber pasado tanto tiempo en ella realizando estudios que le sirvieron para realizar su doctorado. También indicaba la reseña que el área de descanso disponía de unos servicios y un parking muy amplio en el que solía haber bastante gente. Así que aquella mañana de octubre al pasar por el punto kilométrico 233 puso el intermitente y entró al área de descanso para contemplar la vista de la ciudad desde otro punto de vista diferente al que había tenido hasta entonces.
Tal y como decía la reseña la vista de la ciudad era estupenda, fue reconociendo los innumerables monumentos que había estudiado en detenimiento en otra época y, tras apagar el cigarro que le había acompañado en sus recuerdos, se dio cuenta que en el amplio parking habían varios turismos y un poco más alejados dos camiones con sendos conductores apeados. Se dirigió al servicio pues necesitaba evacuar y estaba cerrado, así que decidió alejarse un poco y, tras desabrocharse los botones del pantalón, sacó apresuradamente su pene para expulsar todo el líquido que sus riñones habían filtrado. Poco a poco se fue dando cuenta de lo que allí ocurría y la sensación de realidad e incertidumbre le embargó de tal manera que sintió una necesidad grande de conocer a aquellos chicos que estaban en el aparcamiento, no a todos realmente se conformaba con uno pero el problema era que él nunca había intentado hacer cuadrilla con alguien fuera de los bares de ambiente o de los chat, de los cuales estaba escaldado de citas que nunca llegaban a producirse o de las mentiras que los usuarios daban de si mismos diciendo no como eran sino como les gustaría ser. Algunos amigos le habían comentado que en algunos lugares de las carreteras había acumulación de personas buscando sexo pero el, por prudencia y desconocimiento, nunca se había acercado a esos lugares. Vivía en Zaragoza y, si bien había oído hablar de los pinares de Venecia o del polígono Actur, siempre pensó que era algo que no era para él.
Pero allí estaba, en el parking de esa área de descanso junto a dos turismos, uno con un jovenzuelo y otro con un señor de mediana edad, y más allá se había quedado un transportista que ahora estaba fumando un cigarro mientras le miraba fijamente, contrariamente a lo que él pensaba esto no le creaba ninguna molestia, es más, elevaba su libido a cotas insospechadas. El transportista estaba quieto, sin moverse y los dos conductores habían comenzado a entablar una conversación tras la cual desaparecieron uno tras el otro quedándonos el conductor del camión y yo solos en esa inmensa área de descanso con unas vistas perfectas de Calatayud. El continuaba fumando y yo, más nervioso que otra cosa, no sabía bien que hacer pero sabiendo que quería conseguir. Aquí no había una barra donde pedir una copa ni una pantalla donde preguntar impunemente algo al interlocutor sin temer que sea mal recibido, ya se sabe que en los chat escribas lo que escribas al no tener entonación todo depende de cómo sea interpretado, tampoco había cuarto oscuro para que te siguieran así que era víctima de su inexperiencia. Esta inexperiencia le hacía moverse en círculo por los alrededores de su coche, círculos cada vez mayores de forma y manera que se acercaba cada vez más al estático conductor que, por la cara que tenía, parecía saber cuál era el fin de aquellas circunferencias. Aunque él no lo sabía, las condiciones para el conductor eran óptimas, estaban solos, tenía que hacer tiempo por la cosa del tacómetro y estaba algo salido porqué desayunando un tío le había puesto cachondo pero al estar rodeado de compañeros tuvo que irse con el rabo entre las piernas, así que de las cien papeletas el muchacho tenía 101, pero él no lo sabía y ese desconocimiento de la situación le daba a la misma un morbo que nunca había experimentado. El sabía que el conductor estaba esperando a que le diera una señal pero ¿qué tenía que hacer? Siempre hay una primera vez para todo, pero quizá no fuese el momento mejor para no tener experiencia. Tras dudar un rato y con el miedo de que se marchase y se quedase compuesto con su historia mental pero sin conseguir airear su pene nada más que con el pis que había hecho las ganas de descubrir lo que aquel hombre tenía escondido le dieron las fuerzas suficientes para, como no, pedirle fuego. A partir de ahí todo fue de corrido, el transportista rápidamente entabló conversación, curiosamente sobre arte cosa que a nuestro protagonista le vino de perlas, y tras comentar la impresionante portada del siglo XV de Santa María la Mayor, dejando al chico perplejo que un conductor de camión supiera tanto de arte y haciéndole pensar que podría trabajar de transportista ya que, para su regocijo, el transportista era, como él, de letras pero no sólo de letras sino que al final, tras unos comentarios sobre el inmenso parking y la pregunta del muchacho del porqué estaba cerrado el aseo que, sin saberlo, le entregó en bandeja al transportista el cambio de tema hacia donde ambos deseaban llegar, tenían más puntos en común de los que inicialmente creía. Tras un intercambio de conocimientos sobre las diferentes formas de conseguir que un estudioso de arte y un transportista consiguiesen un punto de fusión, algo que es más de ciencias, y un estudio más propio de biología de que una clase de arte el muchacho se dio cuenta de lo entretenido que se podía hacer el viaje no sólo de Zaragoza a Madrid sino de cualquier sitio a cualquier otro ya que el transportista le dijo donde podía encontrar esos puntos calientes, parques temáticos que llamaba él, y desde ese momento Alejandro, el estudioso del arte, decidió sacar un multipase para no perderse ninguna de las atracciones.
Se Alejandro que vas a leer esto, con un poco de retraso lo sé, pero ves como al final yo era el que decía y tu, que no te lo creías, descubriste esa mañana de octubre el mundo llamado cruissing convirtiéndote en un practicante.
Tal y como decía la reseña la vista de la ciudad era estupenda, fue reconociendo los innumerables monumentos que había estudiado en detenimiento en otra época y, tras apagar el cigarro que le había acompañado en sus recuerdos, se dio cuenta que en el amplio parking habían varios turismos y un poco más alejados dos camiones con sendos conductores apeados. Se dirigió al servicio pues necesitaba evacuar y estaba cerrado, así que decidió alejarse un poco y, tras desabrocharse los botones del pantalón, sacó apresuradamente su pene para expulsar todo el líquido que sus riñones habían filtrado. Poco a poco se fue dando cuenta de lo que allí ocurría y la sensación de realidad e incertidumbre le embargó de tal manera que sintió una necesidad grande de conocer a aquellos chicos que estaban en el aparcamiento, no a todos realmente se conformaba con uno pero el problema era que él nunca había intentado hacer cuadrilla con alguien fuera de los bares de ambiente o de los chat, de los cuales estaba escaldado de citas que nunca llegaban a producirse o de las mentiras que los usuarios daban de si mismos diciendo no como eran sino como les gustaría ser. Algunos amigos le habían comentado que en algunos lugares de las carreteras había acumulación de personas buscando sexo pero el, por prudencia y desconocimiento, nunca se había acercado a esos lugares. Vivía en Zaragoza y, si bien había oído hablar de los pinares de Venecia o del polígono Actur, siempre pensó que era algo que no era para él.
Pero allí estaba, en el parking de esa área de descanso junto a dos turismos, uno con un jovenzuelo y otro con un señor de mediana edad, y más allá se había quedado un transportista que ahora estaba fumando un cigarro mientras le miraba fijamente, contrariamente a lo que él pensaba esto no le creaba ninguna molestia, es más, elevaba su libido a cotas insospechadas. El transportista estaba quieto, sin moverse y los dos conductores habían comenzado a entablar una conversación tras la cual desaparecieron uno tras el otro quedándonos el conductor del camión y yo solos en esa inmensa área de descanso con unas vistas perfectas de Calatayud. El continuaba fumando y yo, más nervioso que otra cosa, no sabía bien que hacer pero sabiendo que quería conseguir. Aquí no había una barra donde pedir una copa ni una pantalla donde preguntar impunemente algo al interlocutor sin temer que sea mal recibido, ya se sabe que en los chat escribas lo que escribas al no tener entonación todo depende de cómo sea interpretado, tampoco había cuarto oscuro para que te siguieran así que era víctima de su inexperiencia. Esta inexperiencia le hacía moverse en círculo por los alrededores de su coche, círculos cada vez mayores de forma y manera que se acercaba cada vez más al estático conductor que, por la cara que tenía, parecía saber cuál era el fin de aquellas circunferencias. Aunque él no lo sabía, las condiciones para el conductor eran óptimas, estaban solos, tenía que hacer tiempo por la cosa del tacómetro y estaba algo salido porqué desayunando un tío le había puesto cachondo pero al estar rodeado de compañeros tuvo que irse con el rabo entre las piernas, así que de las cien papeletas el muchacho tenía 101, pero él no lo sabía y ese desconocimiento de la situación le daba a la misma un morbo que nunca había experimentado. El sabía que el conductor estaba esperando a que le diera una señal pero ¿qué tenía que hacer? Siempre hay una primera vez para todo, pero quizá no fuese el momento mejor para no tener experiencia. Tras dudar un rato y con el miedo de que se marchase y se quedase compuesto con su historia mental pero sin conseguir airear su pene nada más que con el pis que había hecho las ganas de descubrir lo que aquel hombre tenía escondido le dieron las fuerzas suficientes para, como no, pedirle fuego. A partir de ahí todo fue de corrido, el transportista rápidamente entabló conversación, curiosamente sobre arte cosa que a nuestro protagonista le vino de perlas, y tras comentar la impresionante portada del siglo XV de Santa María la Mayor, dejando al chico perplejo que un conductor de camión supiera tanto de arte y haciéndole pensar que podría trabajar de transportista ya que, para su regocijo, el transportista era, como él, de letras pero no sólo de letras sino que al final, tras unos comentarios sobre el inmenso parking y la pregunta del muchacho del porqué estaba cerrado el aseo que, sin saberlo, le entregó en bandeja al transportista el cambio de tema hacia donde ambos deseaban llegar, tenían más puntos en común de los que inicialmente creía. Tras un intercambio de conocimientos sobre las diferentes formas de conseguir que un estudioso de arte y un transportista consiguiesen un punto de fusión, algo que es más de ciencias, y un estudio más propio de biología de que una clase de arte el muchacho se dio cuenta de lo entretenido que se podía hacer el viaje no sólo de Zaragoza a Madrid sino de cualquier sitio a cualquier otro ya que el transportista le dijo donde podía encontrar esos puntos calientes, parques temáticos que llamaba él, y desde ese momento Alejandro, el estudioso del arte, decidió sacar un multipase para no perderse ninguna de las atracciones.
Se Alejandro que vas a leer esto, con un poco de retraso lo sé, pero ves como al final yo era el que decía y tu, que no te lo creías, descubriste esa mañana de octubre el mundo llamado cruissing convirtiéndote en un practicante.
Primavera
Ha llegado la primavera, nos vamos quitando la ropa poco a poco, como se tiene que quitar, y el sol parece que nos abraza, a falta de otro tipo de calor se agradece. Los viajes en primavera son más agradables, no hace ese calor insoportable ni ese frío que hace que estés parado horas en una carretera porque la nieve no te deja pasar, cuando de estar parado estarías mejor con otro tipo de nevada o, por lo menos, intentándolo.
Empezamos a sacar los pantalones cortos del armario, esos que nos quedan tan mal porqué hacen que nuestros muslos parezcan morcillas o, por el contrario, parezcan alambres que de todo hay. Sentimos como necesitamos intentar aparearnos, esto es lo que se supone que pasa en primavera pero realmente intentamos aparearnos durante todo el año, pero parece que en esta época más. Las paradas a desayunar, comer o cenarse convierten en películas de arte y ensayo ya que la mayoría de los compañeros llevan esas camisetas de tirantes que dejan al descubierto la cosecha de pelo que han tenido durante todo el invierno en el invernadero, te llevas alguna sorpresa ves como algunos que conoces resulta que han pasado del moreno al blanco en lo que se refiere a vello o que se han hecho un tatuaje nuevo en aquél lugar que no le daba el sol anteriormente. Cuando están sentados comiendo, mientras ven la tele, porqué es una costumbre en los restaurantes de carretera que haya tele en el comedor para que no nos sentamos solos, y en vez de ver el telediario te fijas en la entrepierna de los colegas ves que los que tienen la pernera suelta casi casi dejan a la vista aquello que todos tenemos y que parece que nos empeñamos en comparar con los demás, porqué no es que jodamos entre nosotros por placer, que va, es simplemente por comparar, eso dicen los machos “a ver como la tienes” mientras sacan su llave del tesoro cuando lo que realmente quieren decir es “vamos a echar un polvo” pero claro eso es un poco de maricones y de eso en nuestra profesión los justos, los justos para que los demás puedan comparar.
Quizá lo mejor, y lo peor, de la primavera sean las gafas de sol. Lo mejor porqué nadie sabe dónde estás mirando, puede parecer que le estás siguiendo atentamente una conversación sobre el maravilloso partido de fútbol del domingo cuando realmente estás siguiendo su mano que se acerca al paquete, ese que lleva embuchado en el pantalón corto y que deja muy poco a la imaginación porqué se nota todo. Lo peor porqué te puede pasar a ti, que te estén mirando a la cañería y no te enteres. Si es que nunca se sabe.
En esta época como si estuviésemos en los picos de Europa, los osos despiertan y los compañeros se hacen más tolerables, palabra inventada por alguien que decidió que no era lo suficientemente decidido para admitir lo que era pero si para practicarlo, bajo la excusa que la primavera la sangre altera se permiten ciertas licencias, que durante el crudo invierno no existían. Ya se sabe que en tiempos de guerra cualquier trinchera es buena, pues ahora, en primavera, contra la calentura cualquier apaño, aunque sea del mismo sexo, se admite. Además ahora con esto de la crisis los clubs de carretera son caros y siempre es más barato tropezar con alguien en la carretera, en esas áreas de descanso que parecen jardines floreciendo, porqué se vuelven más populosas, más coloridas y, lo más importante, menos selectas, y no te cuento cuando llegue el verano y esos adolescentes cumplan los dieciocho años y saquen el carnet de conducir y se acerquen a esos lugares que han oído hablar y que nunca han ido solos sino acompañados sin poder desarrollar todo su potencial. Esas tardes en que sus padres les ha dejado el coche para ir a la playa, al campo, a la piscina… y ellos se van a un área de descanso a desarrollar todo su potencial, no una ni dos sino tres o más veces porqué las áreas suelen estar lejos de las ciudades y hay que amortizar el combustible. Esa cantera que florece.
Y luego están las aves de paso, ahora con la semana santa comienza la migración o, en algunos casos, la peregrinación de área en área y tiro porqué me toca. Madrid La Coruña en doce horas o Madrid Málaga en catorce por las paradas ya se sabe. Todo un mundo que se abre con el buen tiempo y algunos se abren mucho, será por la dilatación de los cuerpos.
Como veréis este es el momento de hacer eso que siempre me preguntáis, todos estamos más receptivos, más tolerantes. Si bien se han de guardar unos mínimos, estos son menores que en cualquier otra época del año. Así que chicos “Ya es primavera en las carreteras”.
Empezamos a sacar los pantalones cortos del armario, esos que nos quedan tan mal porqué hacen que nuestros muslos parezcan morcillas o, por el contrario, parezcan alambres que de todo hay. Sentimos como necesitamos intentar aparearnos, esto es lo que se supone que pasa en primavera pero realmente intentamos aparearnos durante todo el año, pero parece que en esta época más. Las paradas a desayunar, comer o cenarse convierten en películas de arte y ensayo ya que la mayoría de los compañeros llevan esas camisetas de tirantes que dejan al descubierto la cosecha de pelo que han tenido durante todo el invierno en el invernadero, te llevas alguna sorpresa ves como algunos que conoces resulta que han pasado del moreno al blanco en lo que se refiere a vello o que se han hecho un tatuaje nuevo en aquél lugar que no le daba el sol anteriormente. Cuando están sentados comiendo, mientras ven la tele, porqué es una costumbre en los restaurantes de carretera que haya tele en el comedor para que no nos sentamos solos, y en vez de ver el telediario te fijas en la entrepierna de los colegas ves que los que tienen la pernera suelta casi casi dejan a la vista aquello que todos tenemos y que parece que nos empeñamos en comparar con los demás, porqué no es que jodamos entre nosotros por placer, que va, es simplemente por comparar, eso dicen los machos “a ver como la tienes” mientras sacan su llave del tesoro cuando lo que realmente quieren decir es “vamos a echar un polvo” pero claro eso es un poco de maricones y de eso en nuestra profesión los justos, los justos para que los demás puedan comparar.
Quizá lo mejor, y lo peor, de la primavera sean las gafas de sol. Lo mejor porqué nadie sabe dónde estás mirando, puede parecer que le estás siguiendo atentamente una conversación sobre el maravilloso partido de fútbol del domingo cuando realmente estás siguiendo su mano que se acerca al paquete, ese que lleva embuchado en el pantalón corto y que deja muy poco a la imaginación porqué se nota todo. Lo peor porqué te puede pasar a ti, que te estén mirando a la cañería y no te enteres. Si es que nunca se sabe.
En esta época como si estuviésemos en los picos de Europa, los osos despiertan y los compañeros se hacen más tolerables, palabra inventada por alguien que decidió que no era lo suficientemente decidido para admitir lo que era pero si para practicarlo, bajo la excusa que la primavera la sangre altera se permiten ciertas licencias, que durante el crudo invierno no existían. Ya se sabe que en tiempos de guerra cualquier trinchera es buena, pues ahora, en primavera, contra la calentura cualquier apaño, aunque sea del mismo sexo, se admite. Además ahora con esto de la crisis los clubs de carretera son caros y siempre es más barato tropezar con alguien en la carretera, en esas áreas de descanso que parecen jardines floreciendo, porqué se vuelven más populosas, más coloridas y, lo más importante, menos selectas, y no te cuento cuando llegue el verano y esos adolescentes cumplan los dieciocho años y saquen el carnet de conducir y se acerquen a esos lugares que han oído hablar y que nunca han ido solos sino acompañados sin poder desarrollar todo su potencial. Esas tardes en que sus padres les ha dejado el coche para ir a la playa, al campo, a la piscina… y ellos se van a un área de descanso a desarrollar todo su potencial, no una ni dos sino tres o más veces porqué las áreas suelen estar lejos de las ciudades y hay que amortizar el combustible. Esa cantera que florece.
Y luego están las aves de paso, ahora con la semana santa comienza la migración o, en algunos casos, la peregrinación de área en área y tiro porqué me toca. Madrid La Coruña en doce horas o Madrid Málaga en catorce por las paradas ya se sabe. Todo un mundo que se abre con el buen tiempo y algunos se abren mucho, será por la dilatación de los cuerpos.
Como veréis este es el momento de hacer eso que siempre me preguntáis, todos estamos más receptivos, más tolerantes. Si bien se han de guardar unos mínimos, estos son menores que en cualquier otra época del año. Así que chicos “Ya es primavera en las carreteras”.
El deporte de la pesca
Un buen amigo pescador siempre me dice que lo mejor para pescar es tener paciencia y no necesidad, lo primero lo he entendido siempre, eso de tirar la caña y recoger durante horas comprobando que el cebo está en el anzuelo y mirar si la boya se hunde y, cuando se hunde, pensar que ha picado algo, y ver que no era más que algas o basura, sacarlo, quitarlo y volver a lanzar. Vamos lo propio de la paciencia máxima, a él le relaja, a mi me pone nervioso, dándome ganas de tirarme al agua a pillar peces a bocados porqué realmente pienso que tardaría menos de esa forma. Pero si bien lo de la paciencia es comprensible, y admirable, lo de la necesidad es algo que hasta ayer no entendía demasiado bien. Después de una cena familiar me dirigí a una zona de recreo nocturno, parque temático al uso, cercana al lugar de la cena.
La escena estaba integrada por los elementos habituales, a saber, coches aparcados con persona dentro, coches aparcados sin ocupante, paisanos paseando y la suma de los paisanos paseando era inferior a la de los coches vacíos en un número par, como veréis es un análisis formal de la situación que todos hacemos al llegar a un parque temático. Una vez elegido el sitio donde aparcar el coche, ese donde creemos que se ve todo y que se nos ve bien pero sin destacar, se procede a la selección natural, es decir por la apariencia se va centrando el interés en algún muchacho en decrimento de otros, pero como todos sabemos esto suele ser circunstancial e inversamente proporcional a la espera, de forma y manera que nuestras miras se van abriendo a más campo cuanto más tiempo pasamos en el lugar, creo que en la pesca se podría decir que esto es la paciencia, como todos no tenemos el mismo grado de paciencia es un tiempo variable, en mi caso, teniendo en cuenta que se inspiraron en mi para “El paciente inglés” este tiempo es grande, aunque tiene su límite por supuesto. Bien, realizado el escáner de los paisanos se elabora la lista de preferencias, es importante señalar que influye algo el interés mostrado por los demás en uno mismo de manera que si alguno muestra interés y le has colocado en un lugar alto de la lista pasa a ocupar el número uno, vamos lo que viene a ser la selección natural. Hasta aquí nada nuevo, el símil con la pesca es perfecto, llegas al lugar, preparas el aparejo y lanzas a la espera de respuesta, en el caso de la pesca este acto se hace muchas veces, mientras miras si la boya se hunde para recoger rápidamente el sedal, ¿ a que parece que lo he hecho muchas veces?. Claro está que desde que lanzas hasta que recoges la boya ha de ser arrastrada por la corriente y esto lleva un tiempo, creo que ese tiempo es el que consigue que la gente a la que le gusta pescar se relaje, los demás mortales lo encontramos desesperante. Digamos pues que estamos en la fase de mirar la boya, mucho más entretenida en el parque temático ya que de la miras la boya te haces un cuadro mental de la leche sobre lo que va a pasar cuando la boya se hunda, en el caso de la pesca no sabes lo que va a salir al recoger el hilo, pero en el parque temático básicamente si lo conoces, así que puedes darle al coco pensando lo que vas a hacer con ello, ventajas de pescar en un parque temático jejeje. Pero imaginemos que cuando estamos pescando tenemos hambre, que lo que vamos a sacar, supuestamente, es lo que nos vamos a comer y que no tenemos forma de obtener otro alimento, en ese caso el tiempo que transcurre desde que lanzamos el anzuelo hasta que recogemos se mengua, por la ansiedad de sacar un pescado, no dejando que la boya siga su ritmo natural arrastrada por la marea dificultando que un pescado muerda el anzuelo, creo que esto es lo que me quería decir con lo de la necesidad, y ahora apliquémoslo a la pesca en parque temático. Todos necesitamos unos tiempos de maniobra, unos más que otros cierto, pero si pretendemos que el tiempo de el otro se adecúe al nuestro cabe la posibilidad que salga por patas y pase de nuestro cebo, por muy suculento que a priori le parezca, porqué descubre como brilla el anzuelo que esconde. Va ser verdad que existe una similitud entre pescar y ligar, básicamente el manual, tanto del pescador como del que va a ligar, da los pasos a seguir, en ninguno de los dos casos se indica el tiempo en cada movimiento, pero en ambos es importante la paciencia, antiguamente se usaba el cortejo, pero ahora eso se relaciona con el pasado, pero ¿A quién no le gusta que le cortejen? Quizá, estamos dejando salir la parte animal que tenemos, dejando a un lado esas características que nos diferencian de ellos. ¿Qué es un buen polvo? Aquel en el que nos compenetramos con la otra persona o aquél en el que satisfacemos nuestra necesidad, o por el contrario, aquel en el que ambas partes quedan satisfechas. Mientras escribo pienso en los polvos que considero buenos y creo que puedo diferenciar entre un buen polvo y una buena corrida, buenas corridas he tenido en los parques temáticos pero buenos polvos fuera de ellos, y si continuara analizando la cuestión seguramente llegaría a la conclusión que para tener un buen polvo se ha de tener confianza y, aparte de atracción física, que me parece que da una buena corrida, una compenetración que me parece que no se da en la primera vez. Pensar esto mientras se está en un parque temático no es muy bueno, creerme no posibilita demasiado buscar una buena corrida, pero quizá te hace ver las cosas con otra perspectiva, máxime cuando el amigo pescador decidió no acompañarme permitiéndome decidir entre una buena corrida o un buen polvo.
La escena estaba integrada por los elementos habituales, a saber, coches aparcados con persona dentro, coches aparcados sin ocupante, paisanos paseando y la suma de los paisanos paseando era inferior a la de los coches vacíos en un número par, como veréis es un análisis formal de la situación que todos hacemos al llegar a un parque temático. Una vez elegido el sitio donde aparcar el coche, ese donde creemos que se ve todo y que se nos ve bien pero sin destacar, se procede a la selección natural, es decir por la apariencia se va centrando el interés en algún muchacho en decrimento de otros, pero como todos sabemos esto suele ser circunstancial e inversamente proporcional a la espera, de forma y manera que nuestras miras se van abriendo a más campo cuanto más tiempo pasamos en el lugar, creo que en la pesca se podría decir que esto es la paciencia, como todos no tenemos el mismo grado de paciencia es un tiempo variable, en mi caso, teniendo en cuenta que se inspiraron en mi para “El paciente inglés” este tiempo es grande, aunque tiene su límite por supuesto. Bien, realizado el escáner de los paisanos se elabora la lista de preferencias, es importante señalar que influye algo el interés mostrado por los demás en uno mismo de manera que si alguno muestra interés y le has colocado en un lugar alto de la lista pasa a ocupar el número uno, vamos lo que viene a ser la selección natural. Hasta aquí nada nuevo, el símil con la pesca es perfecto, llegas al lugar, preparas el aparejo y lanzas a la espera de respuesta, en el caso de la pesca este acto se hace muchas veces, mientras miras si la boya se hunde para recoger rápidamente el sedal, ¿ a que parece que lo he hecho muchas veces?. Claro está que desde que lanzas hasta que recoges la boya ha de ser arrastrada por la corriente y esto lleva un tiempo, creo que ese tiempo es el que consigue que la gente a la que le gusta pescar se relaje, los demás mortales lo encontramos desesperante. Digamos pues que estamos en la fase de mirar la boya, mucho más entretenida en el parque temático ya que de la miras la boya te haces un cuadro mental de la leche sobre lo que va a pasar cuando la boya se hunda, en el caso de la pesca no sabes lo que va a salir al recoger el hilo, pero en el parque temático básicamente si lo conoces, así que puedes darle al coco pensando lo que vas a hacer con ello, ventajas de pescar en un parque temático jejeje. Pero imaginemos que cuando estamos pescando tenemos hambre, que lo que vamos a sacar, supuestamente, es lo que nos vamos a comer y que no tenemos forma de obtener otro alimento, en ese caso el tiempo que transcurre desde que lanzamos el anzuelo hasta que recogemos se mengua, por la ansiedad de sacar un pescado, no dejando que la boya siga su ritmo natural arrastrada por la marea dificultando que un pescado muerda el anzuelo, creo que esto es lo que me quería decir con lo de la necesidad, y ahora apliquémoslo a la pesca en parque temático. Todos necesitamos unos tiempos de maniobra, unos más que otros cierto, pero si pretendemos que el tiempo de el otro se adecúe al nuestro cabe la posibilidad que salga por patas y pase de nuestro cebo, por muy suculento que a priori le parezca, porqué descubre como brilla el anzuelo que esconde. Va ser verdad que existe una similitud entre pescar y ligar, básicamente el manual, tanto del pescador como del que va a ligar, da los pasos a seguir, en ninguno de los dos casos se indica el tiempo en cada movimiento, pero en ambos es importante la paciencia, antiguamente se usaba el cortejo, pero ahora eso se relaciona con el pasado, pero ¿A quién no le gusta que le cortejen? Quizá, estamos dejando salir la parte animal que tenemos, dejando a un lado esas características que nos diferencian de ellos. ¿Qué es un buen polvo? Aquel en el que nos compenetramos con la otra persona o aquél en el que satisfacemos nuestra necesidad, o por el contrario, aquel en el que ambas partes quedan satisfechas. Mientras escribo pienso en los polvos que considero buenos y creo que puedo diferenciar entre un buen polvo y una buena corrida, buenas corridas he tenido en los parques temáticos pero buenos polvos fuera de ellos, y si continuara analizando la cuestión seguramente llegaría a la conclusión que para tener un buen polvo se ha de tener confianza y, aparte de atracción física, que me parece que da una buena corrida, una compenetración que me parece que no se da en la primera vez. Pensar esto mientras se está en un parque temático no es muy bueno, creerme no posibilita demasiado buscar una buena corrida, pero quizá te hace ver las cosas con otra perspectiva, máxime cuando el amigo pescador decidió no acompañarme permitiéndome decidir entre una buena corrida o un buen polvo.
Prototipo de piloto
Grandes conductores ha dado este país, algunos de motos, como Angel nieto, otr4os de fórmula uno, como Fernando Alonso, otros de Rally como Carlos Sainz o el incipiente cántabro Dabi Sordo a cuyo padre tengo el placer de conocer, entiéndase conocer como hablar con el no reconocer. Pero es normal que en este país haya grandes conductores teniendo en cuenta la cantidad de kilómetros que hacemos para, por ejemplo, marcarnos un polvo. En primer lugar, por norma general, las áreas de descanso y los parques temáticos están lejos de los núcleos de población, cosa que hasta cierto punto es normal, algunos en lugares de difícil acceso, propios de los rallyes más importantes del mundo, o hemos de acceder a ellos llevando nuestros vehículos al límite de velocidad permitido por la Dirección General de Tráfico, que no olvidemos que lo hace todo por nuestra seguridad en especial la colocación de radáres en las carreteras en ningún caso por afán de recaudación, así por ejemplo un radar en un recta estará situado en el lugar de bajada ya que es “realmente” donde se encuentra el peligro no por ser más fácil rebasar la velocidad permitida, otros lugares urbanos tienen el inconveniente del aparcamiento, teniendo que dar vueltas alrededor del lugar con un radio cada vez mayor.
Pero no contentos con la expedición hasta esos lugares algunos, una vez alcanzado el lugar deseado y tras un periodo de espera, más menos largo dependiente de la paciencia (calentura) del individuo, se dedican a hacer un circuito en el lugar seleccionado. Lo más llamativo es en las autovías, normalmente hay áreas de descanso a ambos lados de la vía, entonces, nuestro conductor en potencia, realiza visitar periódicas a ambas áreas de descanso, no sea que pierda oportunidad en alguna de ellas, siendo su tiempo de estancia media cada vez más inferior, inversamente proporcional a su estado de excitación y, por desgracia, desesperación causada por el sentimiento que se tiene tras haber conducido un buen rato con la idea de conseguir un buen polvo y ver cómo transcurre el tiempo sin obtener beneficio alguno. Si durante ese entrenamiento casualmente encuentra, en alguna de sus múltiples paradas, un individuo que cumple los cánones, cánones que a medida que avanza el tiempo son cada vez menos exigentes, comienza la danza del apareamiento, paseo, mirada, cigarro si fuma, mirada hacia el horizonte en espera de que el individuo de una señal que demuestre interés, y si no es una muestra de interés seguramente el lo creerá y comenzará la descarga de adrenalina moviendo el punto pensante cada vez más abajo y llevándole a ese punto sin retorno en el que será capaz de hace o decir cosas que ni por asomo creía que era capaz. Pero en ese punto el individuo acechado arranca su vehículo y retoma camino hacia su destino, quedándose con el punto pensante comenzando a subir hacia su lugar original, dándose cuenta que lo que él creía que eran señales no eran más que hechos fortuitos malinterpretados. Mientras el individuo que ha salido como alma que lleva el diablo va pensando en lo que aquel tío estaba haciendo, que parecía como si se le insinuara o, por el contrario, que pesado era que no le dejó intentar ligar con el que estaba un poco más lejos, que quizá debiera perfeccionar la forma de decir a alguien que no estaba interesado. Quizá no estaba lo suficientemente salido como para rebajar los cánones de su búsqueda o simplemente no entendió nada de lo que allí pasó.
Mientras tanto, nuestro futuro campeón de rally, emputecido por el fallido intento, retoma los manos de su vehículo y se dispone, con el pensamiento de lo que pudo haber sido y no fue, ha dirigirse hacia el otro lado de la autovía porque lo más importante en estos tiempos de crisis es rentabilizar la inversión, el tiempo así que, como ya tenía decidido, no se ira de allí hasta que consiga quitarse la calentura. En ese momento, en el área de descanso del otro lado, ve como aparca un camión. Raudo se dirige a su vehículo y toma dirección al otro lado de la autovía, tres minutos de conducción en los que ve como se lo monta con el fornido transportista que, casualmente, cumple con todos los cánones que él siempre ha buscado. Se lo monta en la cabina, porqué es su sueño. Se va empalmando en el camino y cuando llega al parking del área se encuentra que aquello parece el parking del Centro Comercial, como por arte de magia han aparecido coches que, casualmente, le suenan. Le suenan porqué son los mismo coches que ha visto aparcados a ambos lados de la autovía en sus múltiples visitas de la jornada, que han estado haciendo lo mismo que él, es decir ejercitándose en la conducción. Pero para él esto no es más que un pequeño contratiempo, porqué el conductor es su tipo, aunque no lo haya visto, y sale del vehículo para formar parte del desfile cuando, para sorpresa de todos, el transportista sale del aseo y, sin mirar alrededor, se dirige a su camión, saca una botella de agua, bebe, sube a la cabina y continúa ruta.
Como por arte de magia el parking se queda vacío, nuestro personaje se ve solo, aburrido, cansado, su calentura se ve superada por las circunstancias, la luz del combustible se enciende en el momento que arranca, aún tiene que volver a casa pero ha pasado la tarde, no como pensó unas horas antes, pero volverá, tardará unos días, pero finalmente el deseo podrá con su descontento.
Mientras tanto el transportista, que paró caliente como un mono, salió acojonado por la cantidad de gente que le hacía la ola, y unos kilómetros más adelante paró en otro área donde sólo había un individuo que al principio no le hizo mucho caso pero que, tras unos momentos de charla, llegaron a un acuerdo.
Pero no contentos con la expedición hasta esos lugares algunos, una vez alcanzado el lugar deseado y tras un periodo de espera, más menos largo dependiente de la paciencia (calentura) del individuo, se dedican a hacer un circuito en el lugar seleccionado. Lo más llamativo es en las autovías, normalmente hay áreas de descanso a ambos lados de la vía, entonces, nuestro conductor en potencia, realiza visitar periódicas a ambas áreas de descanso, no sea que pierda oportunidad en alguna de ellas, siendo su tiempo de estancia media cada vez más inferior, inversamente proporcional a su estado de excitación y, por desgracia, desesperación causada por el sentimiento que se tiene tras haber conducido un buen rato con la idea de conseguir un buen polvo y ver cómo transcurre el tiempo sin obtener beneficio alguno. Si durante ese entrenamiento casualmente encuentra, en alguna de sus múltiples paradas, un individuo que cumple los cánones, cánones que a medida que avanza el tiempo son cada vez menos exigentes, comienza la danza del apareamiento, paseo, mirada, cigarro si fuma, mirada hacia el horizonte en espera de que el individuo de una señal que demuestre interés, y si no es una muestra de interés seguramente el lo creerá y comenzará la descarga de adrenalina moviendo el punto pensante cada vez más abajo y llevándole a ese punto sin retorno en el que será capaz de hace o decir cosas que ni por asomo creía que era capaz. Pero en ese punto el individuo acechado arranca su vehículo y retoma camino hacia su destino, quedándose con el punto pensante comenzando a subir hacia su lugar original, dándose cuenta que lo que él creía que eran señales no eran más que hechos fortuitos malinterpretados. Mientras el individuo que ha salido como alma que lleva el diablo va pensando en lo que aquel tío estaba haciendo, que parecía como si se le insinuara o, por el contrario, que pesado era que no le dejó intentar ligar con el que estaba un poco más lejos, que quizá debiera perfeccionar la forma de decir a alguien que no estaba interesado. Quizá no estaba lo suficientemente salido como para rebajar los cánones de su búsqueda o simplemente no entendió nada de lo que allí pasó.
Mientras tanto, nuestro futuro campeón de rally, emputecido por el fallido intento, retoma los manos de su vehículo y se dispone, con el pensamiento de lo que pudo haber sido y no fue, ha dirigirse hacia el otro lado de la autovía porque lo más importante en estos tiempos de crisis es rentabilizar la inversión, el tiempo así que, como ya tenía decidido, no se ira de allí hasta que consiga quitarse la calentura. En ese momento, en el área de descanso del otro lado, ve como aparca un camión. Raudo se dirige a su vehículo y toma dirección al otro lado de la autovía, tres minutos de conducción en los que ve como se lo monta con el fornido transportista que, casualmente, cumple con todos los cánones que él siempre ha buscado. Se lo monta en la cabina, porqué es su sueño. Se va empalmando en el camino y cuando llega al parking del área se encuentra que aquello parece el parking del Centro Comercial, como por arte de magia han aparecido coches que, casualmente, le suenan. Le suenan porqué son los mismo coches que ha visto aparcados a ambos lados de la autovía en sus múltiples visitas de la jornada, que han estado haciendo lo mismo que él, es decir ejercitándose en la conducción. Pero para él esto no es más que un pequeño contratiempo, porqué el conductor es su tipo, aunque no lo haya visto, y sale del vehículo para formar parte del desfile cuando, para sorpresa de todos, el transportista sale del aseo y, sin mirar alrededor, se dirige a su camión, saca una botella de agua, bebe, sube a la cabina y continúa ruta.
Como por arte de magia el parking se queda vacío, nuestro personaje se ve solo, aburrido, cansado, su calentura se ve superada por las circunstancias, la luz del combustible se enciende en el momento que arranca, aún tiene que volver a casa pero ha pasado la tarde, no como pensó unas horas antes, pero volverá, tardará unos días, pero finalmente el deseo podrá con su descontento.
Mientras tanto el transportista, que paró caliente como un mono, salió acojonado por la cantidad de gente que le hacía la ola, y unos kilómetros más adelante paró en otro área donde sólo había un individuo que al principio no le hizo mucho caso pero que, tras unos momentos de charla, llegaron a un acuerdo.
Comida rápida
Aunque en las cadenas de restaurante de franquicia no se come precisamente bien es importante reseñar que algunas están situadas en sitios muy estratégicos, conocido es Altube o alguna de la Autopista Bilbao Barcelona, pero la A3 no la tengo muy trillada y para una vez que uno va por allí pues había que parar a ver como estaba el tema. Algunas zonas que conocía han desaparecido, otras se han movido, porque lo que está claro es que cuando estamos acostumbrados a buscar compañía en un parque temático y este le cierran tenemos una capacidad grande para encontrar otro cercano. Hablar aquí de el Saler, de Beneixida, que perdura en los años como un referente de la zona paraíso de todo aquel aficionado a las emociones fuertes, o no tan fuertes, provocadas por las numerosas atracciones y feriantes que se dan citan en el lugar, no tendría sentido ya que es por todos de sobra conocido. En Beneixida alguno que otro ha estado a punto de caerse o se ha caído en un “pequeño” foso que hay. Pero algunos sitios no los conocía y al pasar por ellos la curiosidad hizo que parase a ver si es cierto lo que de ellos se dicen.
Tenía referencias de un área de descanso que está en Castillejo de la Iniesta, denominado La Torreta. La experiencia me dice que en los lugares donde hay un restaurante de franquicia con todo tipo de comodidades no es demasiado operativo, familias con niños y demás, pero las referencias de este me venían por varias partes y todas eran favorables así que cuando llegué al 224 me salí dirección el supuesto parque temático. Amplio aparcamiento, comida recalentada y compañeros, por lo visto tienen duchas y eso nos anima mucho a parar. Entre todos los presentes había un par de desubicados, o en busca de ubicación. Mi situación era diferente, el día anterior había parado en el área de Sagunto, que tiene cinco estrellas, un sitio de los de toda la vida que te asegura un descanso en compañía, y me habían ubicado muy bien así que mi situación era de explorador y de tal ejercí. Por lo que allí pude ver el movimiento era provocado por los desubicados que parecían intentar batir un record en entradas y salidas del servicio, o bien estaban comprobando que las bisagras resistían. La situación era la de todos los lugares en las que estamos varios compañeros, tensa porqué algunos estaban buscando desesperadamente e intentaban sacar fuera a algún desubicado para poder realizar las maniobras necesarias, no muchas la verdad por qué alguno estaba muy a huevo, mirada fija en objetivo y sus movimientos delataban de una forma indudable sus pretensiones. El lugar estaba populoso, a simple vista la cola de espera para las atracciones era grande, y algún compañero consiguió el objetivo. He de reconocer que no esperaba encontrar tanta gente y que las referencias eran correctas. Se ha de tener muy en cuenta que es costoso el contacto y que seguramente se acabará en el aparcamiento, pero el tener a tanto compañero en el lugar nos corta bastante los movimientos, y en el servicio estamos más pendientes de la puerta, por si alguien entra, que del que se nos ha colocado al lado.
Así que me alegrado de estar equivocado y a partir de ahora creeré que en los lugares de comida rápida no sólo se come sino que se puede hacer vida social.
Tenía referencias de un área de descanso que está en Castillejo de la Iniesta, denominado La Torreta. La experiencia me dice que en los lugares donde hay un restaurante de franquicia con todo tipo de comodidades no es demasiado operativo, familias con niños y demás, pero las referencias de este me venían por varias partes y todas eran favorables así que cuando llegué al 224 me salí dirección el supuesto parque temático. Amplio aparcamiento, comida recalentada y compañeros, por lo visto tienen duchas y eso nos anima mucho a parar. Entre todos los presentes había un par de desubicados, o en busca de ubicación. Mi situación era diferente, el día anterior había parado en el área de Sagunto, que tiene cinco estrellas, un sitio de los de toda la vida que te asegura un descanso en compañía, y me habían ubicado muy bien así que mi situación era de explorador y de tal ejercí. Por lo que allí pude ver el movimiento era provocado por los desubicados que parecían intentar batir un record en entradas y salidas del servicio, o bien estaban comprobando que las bisagras resistían. La situación era la de todos los lugares en las que estamos varios compañeros, tensa porqué algunos estaban buscando desesperadamente e intentaban sacar fuera a algún desubicado para poder realizar las maniobras necesarias, no muchas la verdad por qué alguno estaba muy a huevo, mirada fija en objetivo y sus movimientos delataban de una forma indudable sus pretensiones. El lugar estaba populoso, a simple vista la cola de espera para las atracciones era grande, y algún compañero consiguió el objetivo. He de reconocer que no esperaba encontrar tanta gente y que las referencias eran correctas. Se ha de tener muy en cuenta que es costoso el contacto y que seguramente se acabará en el aparcamiento, pero el tener a tanto compañero en el lugar nos corta bastante los movimientos, y en el servicio estamos más pendientes de la puerta, por si alguien entra, que del que se nos ha colocado al lado.
Así que me alegrado de estar equivocado y a partir de ahora creeré que en los lugares de comida rápida no sólo se come sino que se puede hacer vida social.
Liberad a Juan, o era a Willy
Casi casi han terminado las fiestas navideñas, como no soy muy de felicitar la Navidad quiero desearos a todos un muy buen Feliz Año nuevo, como casi coincide con la Navidad no se suele quedar mal. Estos días de fiestas he estado en casa de un amigo y he podido ver de primera mano el tipo de persona que me lee, si bien los emails me habían permitido hacerme una idea bastante acertada, el poder hablar con vosotros a través del chat ha acabado por perfilar perfectamente el cuadro. Cuando hablaba con los administradores de la página siempre me decían que de lo poco algunos o de lo muchos otros que conocían los visitantes de la Web eran gente sana y muy noble, puedo deciros de primera mano que así es, gente muy entrañable que a partir de ahora me harán intentar escribir anécdotas y relatos que, como siempre he intentado hacer, sean entretenidos y sirvan para algo. Hoy no voy a explicaros si el área de Calatayud, que como bien me han recordado os debo hablar de él, es tal o cual, o explicaros por enésima vez que somos tíos normales que únicamente estamos currando, o haceros ver que no por ser más pesado se consigue lo que se desea, el refrán el que la sigue la consigue es cierto pero no por pesadez sino por constancia, hoy me gustaría hablar del concepto ONG. Ahora es cuando todos os preguntáis qué coño tiene que ver una ONG con el tema de este blog, pues mucho veréis, el día de año nuevo, tras una noche repleta de bandas sonoras, estuve chateando con alguno de los chicos que visitan la Web y tienen perfil en esa sección nueva que nos han habilitado y pude darme cuenta que nos une mucho más que el afán de encontrar a alguien con quien echar un polvo, ojo que este punto es importante y creo que la mayor parte de la Web va dedicada a donde poder parar para pillar, pero una vez valorado este punto quedan las personas, no valdría de nada colocar una serie de localizaciones a lo largo de las carreteras españolas si no hubiese gente en ellas dispuesta a mantener relaciones con otras y, lo más importante, conocer esos lugares lo facilita. Vamos que detrás de la parte del vicio, del cual todos tenemos mucho, hay una parte de acción social. Es importante poner al alcance de todos los conocimientos sobre el cruissing que tenemos facilitando el acceso a todo el mundo, creo que este es el verdadero concepto de igualdad. Pero si bien esta parte social es importante, se que estás pensando que esto es un rollo que no lleva a nada espera un poco y verás que todo tiene un fin, más importantes son las acciones puntuales, esos momentos en los cuales todos juntos apoyamos una causa que, no siendo perdida, nos parece injusta o excesiva. Se me ocurren varios ejemplos pero sólo destacaré dos uno, el que mejor conozco, es Javier, compañero de Cantabria con el que tuve el placer de chatear, después de haber pasado la Nochevieja juntos, el día de año nuevo, experto en tercer grado para obtener esos datos que él cree son importantes , decirte Javier que no todo es verdad ni, por supuesto mentira, y único como imitador de Janette, pero si antes te lo perdonaba todo ahora con más razón, espero que te vaya bien en la nueva etapa que comienzas dentro de poco. El otro es Juan, que merece un capítulo especial, currando cuando la mayoría tenemos ocio y, espero, con la ayuda de todos los que estábamos chateando para hacerle más llevadero el curro, no sé si más llevadero o le pusimos peor porque el muchacho es de mecha cortano por el tamaño de algún miembro de su cuerpo que de eso no se, y sólo con acercar el mechero parece que se enciende, decirte Juan que no lo hicimos, al menos yo y creo que los demás tampoco, con mala intención, creo que todos los allí presentes hicimos nuestra buena obra de año nuevo, decirte que apoyaré toda iniciativa del tipo Ayuda a Juan, Sexo para Juan o Juan forever e incluso mandaré tantos sms como sean necesarios para ello.
A todos vosotros gracias por hacer que el día de año nuevo fuese diferente y espero que este año que ahora comienza os deje buenos recuerdos.
A todos vosotros gracias por hacer que el día de año nuevo fuese diferente y espero que este año que ahora comienza os deje buenos recuerdos.
Fórmulas mágicas
Ante la pregunta ¿cómo hacer para pillar a un camionero? La respuesta es sencilla, lo mismo que para pillar con cualquier otro tío. Aunque parezca mentira somos tíos normales que si bien parece que a algunas personas damos morbo, buscamos y hacemos lo mismo que todos. Cierto es que lo de viajar mucho nos da para conocer a mucha gente y, al igual que los marinos, tener un polvo en cada ruta, o dos en el mejor de los casos. En el chat de la Web, no es que entre mucho pero cuando estoy con estos chicos que llevan la Web me siento a su lado y veo las cosas que habláis, leo afirmaciones sobre si dando luces y pisando el freno el chofer se entera que te pone y para en el siguiente área, gasolinera o apartadero, pues siento deciros que eso no vale más que para gastar batería. Pensar como hacéis para ligaros a un tío de profesión la que sea, mirada intensa, insinuación corporal, señales que, al fin y a la postre, le indiquen de vuestro interés por él. Pues nosotros igual, estemos en un área o en una gasolinera o en un bar o en la calle cuando vemos a alguien que nos pone mandamos las señales típicas, mirada lánguida, pedimos fuego e intentamos entablar conversación, porqué aunque no os lo creáis hablamos, e incluso alguno no es una máquina de sexo y, si bien está correrse en compañía por aquello de hacer amigos, también está bien hacer cuadrilla. Y, por tanto, respondemos a los mismos estímulos que los demás, la mayoría tenemos ese sexto sentido, se sea o no transportista, que nos permite saber, con un margen de error pequeño, si nos están tirando los tejos o simplemente es un paisano simpático. ¿Qué nos diferencia de los demás? Pues que trabajamos en la carretera y eso nos permite conocer a mucha gente, pero el quiz de toda esta historia está en la palabra “trabajamos”. Normalmente cuando paramos en una zona de servicio o en un área de descanso estamos trabajando, llevando del punto A al punto B una carga que no es nuestra y que debemos entregar en las mismas condiciones que nos la han dado, por eso nos preocupamos de parar en sitios donde sabemos que no suele ocurrir nada y podemos parecer desconfiados de la gente. A diferencia de la mayoría de las personas que están ligando en un área de descanso nosotros paramos porqué nos toca parar o porqué necesitamos descansar, no estamos de fiesta, aunque muchas veces nos apetezca más que a cualquiera de los que allí está, y no sabemos si el que quiere comerte la polla realmente quiere comerte la polla o simplemente entretenerte para levantarte la carga. Todos en el trabajo podemos pensar que fulano o mengano tiene un polvo pero os ponéis a follar en la oficina o en el comercio o con el cliente, no por falta de ganas sino porque no toca.
Así que no es que seamos bordes, ni prepotentes ni siquiera que tengamos unos gustos diferentes a la media nacional, simplemente somos currantes que queremos seguir currando y no engrosar las listas del paro, y por eso, aunque andemos más salidos que el pico una plancha, por cautela pasemos de bajarnos los pantalones. Lo mismo ocurre cuando estamos varios, algunos pasan que los demás sepan su condición sexual pero otros, la gran mayoría, les importa y, como vosotros, no les gusta que la gente de su trabajo sepa lo que hacen en su vida privada. Porque aunque estemos en la carretera todo el día, la carretera es nuestra oficina e intentamos guardar el tipo, no siempre lo conseguimos cierto, pero al menos lo intentamos. Pero cuando no estamos trabajando somos como cualquier otro, al que le gusta que le tiren los tejos como a los demás y el que tira los tejos como cualquiera de vosotros. Con todo esto lo único que os quiero indicar es que no existe una técnica específica para ligar con nosotros, simplemente las limitaciones que son propias de un lugar de trabajo que casualmente es la carretera, pero lugar de trabajo al fin y al cabo y que las proposiciones mediante luces o señales acústicas estarían bien siempre que todos conociéramos el Morse pero en la mayoría de los casos no es así, personalmente ni zorra idea del mismo. Ser prácticos chicos y demostrar una vez más que la paciencia es importante y que no por ser más pesado se consigue lo que se desea, sí si se es persistente pero lo más importante que esto suele ser cosa de por lo menos dos y muchas veces uno de ellos está trabajando.
Así que no es que seamos bordes, ni prepotentes ni siquiera que tengamos unos gustos diferentes a la media nacional, simplemente somos currantes que queremos seguir currando y no engrosar las listas del paro, y por eso, aunque andemos más salidos que el pico una plancha, por cautela pasemos de bajarnos los pantalones. Lo mismo ocurre cuando estamos varios, algunos pasan que los demás sepan su condición sexual pero otros, la gran mayoría, les importa y, como vosotros, no les gusta que la gente de su trabajo sepa lo que hacen en su vida privada. Porque aunque estemos en la carretera todo el día, la carretera es nuestra oficina e intentamos guardar el tipo, no siempre lo conseguimos cierto, pero al menos lo intentamos. Pero cuando no estamos trabajando somos como cualquier otro, al que le gusta que le tiren los tejos como a los demás y el que tira los tejos como cualquiera de vosotros. Con todo esto lo único que os quiero indicar es que no existe una técnica específica para ligar con nosotros, simplemente las limitaciones que son propias de un lugar de trabajo que casualmente es la carretera, pero lugar de trabajo al fin y al cabo y que las proposiciones mediante luces o señales acústicas estarían bien siempre que todos conociéramos el Morse pero en la mayoría de los casos no es así, personalmente ni zorra idea del mismo. Ser prácticos chicos y demostrar una vez más que la paciencia es importante y que no por ser más pesado se consigue lo que se desea, sí si se es persistente pero lo más importante que esto suele ser cosa de por lo menos dos y muchas veces uno de ellos está trabajando.
Pasos fronterizos
Cuando me toca ir para la zona de la frontera de Portugal, por Ciudad Rodrigo, se que la posibilidad de encontrar fiesta crece exponencialmente. Desde el mismo momento que sales de Valladolid encuentras lugares de un atractivo especial, el mismo Toredesillas es un parque temático de gran interés, no he parado al ir, mayormente porqué parar nada más salir puede sonar a vicio, que si qué lo tengo pero aún no estaba en su punto más álgido, y además, aunque a alguno le parezca que no es así, soy un currante y tengo que entregar la mercancía que transporto en fecha y forma, y si voy parando en todas las zonas que encuentro a mi camino más que viaje sería peregrinación y no entregaría a tiempo, así que Tordesillas quedó a mi derecha y, por lo que pude ver, para ser las seis y media de la mañana y hacer un frío de tres pares de cojones, tenía cola de espera, como siempre. Así que siguiendo ruta llegué a Pedrosillo el Ralo, el tom tom pitó, es una estación de BP en la que suele parar mucha gente, pero había encontrado niebla por el camino e iba retrasado así que otra vez sería, aún me quedaban muchas por delante donde parar.
En Salamanca un buen desayuno, en un bareto que hay en la circunvalación, donde paramos casi todos, y, como es de recibo, nos conocemos casi todos también, pero ya salí de allí con el vicio un poco más alto de lo que es lo aconsejable para conducir objetivamente, había un tío al que nunca había visto, no es que conozco a todo el mundo pero normalmente en los sitios donde paramos solemos ser más menos los mismos y, salvo que sea un novato, y este no era el caso, alguna vez nos vemos todos y, si no le has visto tu, está hablando con alguien al que conoces, pero estaba solo, una pena porque estaba para ayudarle a mojar los churros en el café y en lo qué no es café, así que definitivamente era un novato, preguntando a los lugareños ni Dios le conocía. En el grupo en el que estaba me consta que había otro, al menos, que para de una forma discrecional en los parques temáticos, me consta porqué hemos tenido algún encuentro cuerpo a cuerpo, así que él sabía el porqué de mi interés pero, al estar en comunidad callamos los dos como putas pero los dos, como putas también, mirábamos al novato. Al salir Jaime, que así se llama el compañero de juegos, salió conmigo y, mientras fumaos un pito afuera, comentamos sobre el novato, ni él ni yo le conocíamos pero los dos coincidimos en estar encantados de conocerle, nos despedimos, el iba para Zamora. En estas situaciones es cuando uno desearía ser un paisano que está tomando un café sin más y no conocer a todos, porque realmente el muchacho tenía un par de horas de dedicación, aparentemente porque a veces desenvuelves el caramelo y resulta que no era lo que creías, pero se merecía el riesgo.
Así que de nuevo delante del volante, con la perspectiva que te da la altura de la cabina, no tan relajado como la primera parte del viaje, pero con la mente en lo que había dejado atrás, llegada a San Muñoz, un área que no tiene nada más que un aparcadero y que siempre está lleno de vehículos, mayormente pesados y así era, no me gusta esa área porque es incómodo, tiene mucha visibilidad y, si vas dirección Portugal, te quedan dos que son cinco estrellas Sancti Espiritus y Fuentes de Oñoro, así que a por ellas fui.
En Santi había quórum, como siempre, es un área que tiene todos los ingredientes, un buen parking, una cafetería grande y unos servicios alejados en los que se puede tener algo de intimidad para mantener un contacto previo porque montárselo ahí va a ser que no, pero siempre puedes alejarte un poco. Así que vista la fauna del lugar y haciendo un acto de constricción por no entrar al trapo de un par de paisanos que no es que dieran luces para llamar la atención sino que tenía colgadas ya las de navidad con neones que decían “EHHH QUE QUIERO FOLLAR” y porque el deber es el deber y cuando uno va cargado con cosas golosas tiene que pensar en ello, como veréis los factores para poder echar una canita al aire de un transportista son muchos, pues pensé en las ovejas de la Carmen Sevilla, una técnica anti libido, y me dirigí al parque temático de Fuentes de Oñoro, con dolor de corazón.
La primera vez que paré, hace muchos años, en fuentes de Oñoro, comprendí el significado de Sodoma y Gomorra. Nos juntamos los españoles, los portugueses, los aficionados, los comerciales y, cómo no, los trajeados que aparentemente son estirados pero que luego se doblan como una barra de gominola. Gracias a mis actos de constricción había sacado tiempo y disponía de un rato para poder entablar relaciones sociales, y ciertamente tenía yo ya el cuerpo para mantener relaciones de todo tipo. Todo lo aprendido a lo largo de las carreteras en Fuentes de Oñoro no es necesario, a veces parece un escaparate, estamos todos expectantes y el que llega sólo ha de mirar para saber que le ha tocado premio. Los compañeros portugueses no son especialmente los que más me atraen, mayormente por lo complejo de la comunicación, pero a veces, más de las que pienso, es inevitable y te ves abocado a acabar retozando con ellos. Cuando he aparcado, atrás del parking, justamente al lado había un chófer Luso que, como buen portugués, no se caracterizaba por su discreción. Yo me he bajado y el detrás, he creido entendre que me pedía un cigarro, no por lo que le entendí sino por los gestos pero lo mismo me decía que quería llevarse algo a la boca, pero le ofrecí un cigarro y lo aceptó así que realmente quería fumar. Es en este punto por lo que no me entro a portugueses porque no se que hablar con ellos, porque no nos entendemos, pero este era de los que se hacía entender, directo y confiado me hizo entender que estaba más salido que el pico una plancha, no era difícil de verlo la verdad así que no me costó, y como estábamos solos y desamparados porque no darnos compañía. Los dos íbamos para Guarda, así que pasado Vilar Formoso paramos en un sitio que él conocía donde no necesitamos mediar palabra porque aún quedan cosas que se pueden hacer sin saber el idioma.
En Salamanca un buen desayuno, en un bareto que hay en la circunvalación, donde paramos casi todos, y, como es de recibo, nos conocemos casi todos también, pero ya salí de allí con el vicio un poco más alto de lo que es lo aconsejable para conducir objetivamente, había un tío al que nunca había visto, no es que conozco a todo el mundo pero normalmente en los sitios donde paramos solemos ser más menos los mismos y, salvo que sea un novato, y este no era el caso, alguna vez nos vemos todos y, si no le has visto tu, está hablando con alguien al que conoces, pero estaba solo, una pena porque estaba para ayudarle a mojar los churros en el café y en lo qué no es café, así que definitivamente era un novato, preguntando a los lugareños ni Dios le conocía. En el grupo en el que estaba me consta que había otro, al menos, que para de una forma discrecional en los parques temáticos, me consta porqué hemos tenido algún encuentro cuerpo a cuerpo, así que él sabía el porqué de mi interés pero, al estar en comunidad callamos los dos como putas pero los dos, como putas también, mirábamos al novato. Al salir Jaime, que así se llama el compañero de juegos, salió conmigo y, mientras fumaos un pito afuera, comentamos sobre el novato, ni él ni yo le conocíamos pero los dos coincidimos en estar encantados de conocerle, nos despedimos, el iba para Zamora. En estas situaciones es cuando uno desearía ser un paisano que está tomando un café sin más y no conocer a todos, porque realmente el muchacho tenía un par de horas de dedicación, aparentemente porque a veces desenvuelves el caramelo y resulta que no era lo que creías, pero se merecía el riesgo.
Así que de nuevo delante del volante, con la perspectiva que te da la altura de la cabina, no tan relajado como la primera parte del viaje, pero con la mente en lo que había dejado atrás, llegada a San Muñoz, un área que no tiene nada más que un aparcadero y que siempre está lleno de vehículos, mayormente pesados y así era, no me gusta esa área porque es incómodo, tiene mucha visibilidad y, si vas dirección Portugal, te quedan dos que son cinco estrellas Sancti Espiritus y Fuentes de Oñoro, así que a por ellas fui.
En Santi había quórum, como siempre, es un área que tiene todos los ingredientes, un buen parking, una cafetería grande y unos servicios alejados en los que se puede tener algo de intimidad para mantener un contacto previo porque montárselo ahí va a ser que no, pero siempre puedes alejarte un poco. Así que vista la fauna del lugar y haciendo un acto de constricción por no entrar al trapo de un par de paisanos que no es que dieran luces para llamar la atención sino que tenía colgadas ya las de navidad con neones que decían “EHHH QUE QUIERO FOLLAR” y porque el deber es el deber y cuando uno va cargado con cosas golosas tiene que pensar en ello, como veréis los factores para poder echar una canita al aire de un transportista son muchos, pues pensé en las ovejas de la Carmen Sevilla, una técnica anti libido, y me dirigí al parque temático de Fuentes de Oñoro, con dolor de corazón.
La primera vez que paré, hace muchos años, en fuentes de Oñoro, comprendí el significado de Sodoma y Gomorra. Nos juntamos los españoles, los portugueses, los aficionados, los comerciales y, cómo no, los trajeados que aparentemente son estirados pero que luego se doblan como una barra de gominola. Gracias a mis actos de constricción había sacado tiempo y disponía de un rato para poder entablar relaciones sociales, y ciertamente tenía yo ya el cuerpo para mantener relaciones de todo tipo. Todo lo aprendido a lo largo de las carreteras en Fuentes de Oñoro no es necesario, a veces parece un escaparate, estamos todos expectantes y el que llega sólo ha de mirar para saber que le ha tocado premio. Los compañeros portugueses no son especialmente los que más me atraen, mayormente por lo complejo de la comunicación, pero a veces, más de las que pienso, es inevitable y te ves abocado a acabar retozando con ellos. Cuando he aparcado, atrás del parking, justamente al lado había un chófer Luso que, como buen portugués, no se caracterizaba por su discreción. Yo me he bajado y el detrás, he creido entendre que me pedía un cigarro, no por lo que le entendí sino por los gestos pero lo mismo me decía que quería llevarse algo a la boca, pero le ofrecí un cigarro y lo aceptó así que realmente quería fumar. Es en este punto por lo que no me entro a portugueses porque no se que hablar con ellos, porque no nos entendemos, pero este era de los que se hacía entender, directo y confiado me hizo entender que estaba más salido que el pico una plancha, no era difícil de verlo la verdad así que no me costó, y como estábamos solos y desamparados porque no darnos compañía. Los dos íbamos para Guarda, así que pasado Vilar Formoso paramos en un sitio que él conocía donde no necesitamos mediar palabra porque aún quedan cosas que se pueden hacer sin saber el idioma.
De noche casi todos los gatos son pardos
Como os iba contando en este paseo por el norte, después de descargar y, milagrosamente en estos tiempos, cargar en Coruña. Digo milagrosamente porqué la cosa está jodida y los viajes ya no son como antes, puedes tener carga de ida y volverte con la caja vacía con lo que ya no es tan rentable, pero siempre se tienen colegas en logística que te tratan bien y te montan unos viajes rentables, suena a peloteo y es cierto jajaja. Pues como iba diciendo, tras descargar en Coruña tomé destino Guipúzcoa, en vez de ir por la casi autovía del norte, por Asturias, que es entretenida y tiene muchos puntos de resguardo y que algún día estará terminada del todo, volví a bajar a León y pillé la autovía más aburrida que existe en cuestiones de cruissing, la de León Burgos, tiene unos años pero no tiene nada interesante, cierto es que no tenía yo demasiada necesidad pero siempre está bien hacer las paradas de rigor en sitios con algo de entretenimiento, más que sea visual, y más ahora que voy poniendo cara a algunos que de los que me leéis gracias a ese invento de los perfiles, hasta he chateado con alguno de vosotros que me seguís hecho que me ha dado que pensar para tener más cautela con lo que escribo. Bien pues como os iba diciendo esa autovía es muy aburrida, prefiero ir por la de Palencia Burgos, tiene un par de sitios entretenidos, alguno de ellos en otro tiempo fue un verdadero parque temático ahora está de capa caída por esa manía de Fomento de inahabilitar las áreas de descanso para su fin primordial, descansar, lavarte un poco, echar una meada y, lo más importante y menos alabado por Fomento, pillar cacho. Así que piano piano llegué a Burgos y tiré para el norte por otra autopista que, aparte de ser cara de cojones, aunque sea más barata que la de Bilbao – Barcelona, aburrida también pero con algo más de tránsito y cuando paras al menos puedes alegrarte los ojos. En definitiva que no ha habido nada de relatar importante ni no importante, tiempo en ruta para llegar a destino sin más alteraciones, también es cierto que es por lo que me pagan así que misión cumplida.
Tras descargar en Donosti mi buen samaritano, nótese la fase peloteo, me encontró carga desde Irún hasta Santander, pero al día siguiente, esto implica que tenía que hacer noche en algún lugar y que mejor lugar para ello que un sitio que me aportara datos para estos escritos y la posibilidad de experiencias no para contar pero si para disfrutar. Así que o Behobia u Oiartzun. Opté por la más cercana, Oiartzun. Es un área populosa, llena de compañeros nacionales y extranjeros, en las que por definición es muy complicado marcarse una mella en la culata, pero tiene su morbo, grande como un día sin pan normalmente está llena pero con el mal tiempo que hacía estaba más llena de lo normal. Pillar aquí para un chófer es mucha casualidad, se han de dar muchos elementos para que eso pase, el primero, y más importante, encontrar un chorbo que esté dispuesto al que le vayas y te vaya, premisa indispensable, si esto se da depende de donde estés, en la cafetería muy complicado, llena de compañeros, algunos muy al quite no se sabe muy bien si porque son homófobos o porqué están deseando y les jode que otros lo consigan, en cualquier caso mala gestión, en el parking depende de cómo tengas el camión aparcado, cerca de otros o no, de la gente que tengas alrededor, demasiadas variables que controlar, esto es para que luego digáis que la vida sexual de un transportista es “la ostia”, y cuando está el parking casi lleno mucho más complicado. Es cierto que te puedes alejar un poco hacia una escalera que hay que te lleva al otro lado pero no me apetecía demasiado. Así que tocaba cubata con compañeros y poco más, pero a veces, parece que la ocasión hace al hombre ser ladrón y de noche todos los gatos son pardos, mientras unos duermen otros, con los que has estado todo el día charlando de cosas de hombres, de esos que están al quite de lo que hacen los demás, resulta que te dicen “no me llamees Manolo llámame Lola” y te quedas de piedra, pero de piedra pómez, no porque te pille de sorpresa, ya que durante todo el día has visto las señales, no de humo sino neones en la cabeza, sino porque aquello que delante de otros era imposible en la complicidad del insomnio, ahora al hacer tiempo para quedarte a solas con alguien se llama así, se convierten en personas asequibles, comprensibles y abiertas, no os imagináis como. Esto me demuestra, una vez más, la importancia de la paciencia, son importantes las señales, coño sin ellas sería muy difícil transitar, pero más importante es saber esperar al momento oportuno, cuando alguien quiere algo contigo se buscará la forma de intentar obtenerlo, simplemente se le ha de dar tiempo, esperar a que se decida, llevar la iniciativa es cojonudo pero, en algunas ocasiones, asusta, algunas personas necesitan su tiempo para asimilar las situaciones y poder actuar, en honor a la verdad algunas ocasiones, léase el escrito anterior, no se piensa y luego, no es que te arrepientas, pero te das cuenta de que no lo hubieses hecho por las razones que fuesen pero a lo hecho pecho.
Tras descargar en Donosti mi buen samaritano, nótese la fase peloteo, me encontró carga desde Irún hasta Santander, pero al día siguiente, esto implica que tenía que hacer noche en algún lugar y que mejor lugar para ello que un sitio que me aportara datos para estos escritos y la posibilidad de experiencias no para contar pero si para disfrutar. Así que o Behobia u Oiartzun. Opté por la más cercana, Oiartzun. Es un área populosa, llena de compañeros nacionales y extranjeros, en las que por definición es muy complicado marcarse una mella en la culata, pero tiene su morbo, grande como un día sin pan normalmente está llena pero con el mal tiempo que hacía estaba más llena de lo normal. Pillar aquí para un chófer es mucha casualidad, se han de dar muchos elementos para que eso pase, el primero, y más importante, encontrar un chorbo que esté dispuesto al que le vayas y te vaya, premisa indispensable, si esto se da depende de donde estés, en la cafetería muy complicado, llena de compañeros, algunos muy al quite no se sabe muy bien si porque son homófobos o porqué están deseando y les jode que otros lo consigan, en cualquier caso mala gestión, en el parking depende de cómo tengas el camión aparcado, cerca de otros o no, de la gente que tengas alrededor, demasiadas variables que controlar, esto es para que luego digáis que la vida sexual de un transportista es “la ostia”, y cuando está el parking casi lleno mucho más complicado. Es cierto que te puedes alejar un poco hacia una escalera que hay que te lleva al otro lado pero no me apetecía demasiado. Así que tocaba cubata con compañeros y poco más, pero a veces, parece que la ocasión hace al hombre ser ladrón y de noche todos los gatos son pardos, mientras unos duermen otros, con los que has estado todo el día charlando de cosas de hombres, de esos que están al quite de lo que hacen los demás, resulta que te dicen “no me llamees Manolo llámame Lola” y te quedas de piedra, pero de piedra pómez, no porque te pille de sorpresa, ya que durante todo el día has visto las señales, no de humo sino neones en la cabeza, sino porque aquello que delante de otros era imposible en la complicidad del insomnio, ahora al hacer tiempo para quedarte a solas con alguien se llama así, se convierten en personas asequibles, comprensibles y abiertas, no os imagináis como. Esto me demuestra, una vez más, la importancia de la paciencia, son importantes las señales, coño sin ellas sería muy difícil transitar, pero más importante es saber esperar al momento oportuno, cuando alguien quiere algo contigo se buscará la forma de intentar obtenerlo, simplemente se le ha de dar tiempo, esperar a que se decida, llevar la iniciativa es cojonudo pero, en algunas ocasiones, asusta, algunas personas necesitan su tiempo para asimilar las situaciones y poder actuar, en honor a la verdad algunas ocasiones, léase el escrito anterior, no se piensa y luego, no es que te arrepientas, pero te das cuenta de que no lo hubieses hecho por las razones que fuesen pero a lo hecho pecho.
En tiempo de guerra...
Dicen que en tiempo de guerra cualquier trinchera vale, no creía yo que eso era cierto pero va a ser que mi largo periodo de castidad forzada ha hecho aparecer aspectos de mi que estaban muy ocultos y, hasta que me ponga al día, no volverán a su ser. Esta semana he andado por el Norte, ya se sabe que los chicarrones del norte son…. Chicarrones y tienen sitios muy a resaltar, si en la web se pudiera calificar los sitios algunos tendrían por mi parte las tres estrellas no de la Guía Michelin sino de la Guía de carreteras. Desde el área de Betanzos hasta el de Oiartzun, pasando por el de La Franca en Asturias o en Cantabria Anero o Liencres e incluso Ugaldabieta con la cantidad de gente que siempre hay allí. Pues bien en este reglaje de válvulas que tenía yo que hacerme esta semana, primera de libertad en mucho tiempo, me había hecho yo la paja mental que al ir por el norte me iba a quedar como nuevo, casi casi ponerme al día ya que la experiencia me decía que cuando me toca ir por el Norte Sodoma y Gomorra se queda pequeño. Así que el lunes, tras la primera toma de contacto con el vehículo tome la carretera destino León, parar en Tordesillas me pareció demasiado temprano así que decidí hacer mi primera parada en Motilla de Arzón, si mis recuerdos no eran malos aquello siempre había sido prometedor. Pues nada dicho y hecho A 66 Km 198 el tom tom que pita y yo que entro como alma que lleva el diablo al área de descanso, éramos los justos para hacer un quinteto, tres compañeros y un paisano que estaba en busca y captura más ansioso que yo. Bajo de la cabina, y saludo a los compañeros que estaban charlando de lo jodido que está el tema, que si antes tenían viaje de vuelta siempre y ahora no, vamos lo propio. El sujeto revoloteaba indeciso ante nosotros pero, como ya os he comentado cuando somos muchos es muy complicado que alguno se desmarque, así que yo no iba a ser menos. Tras diez minutos de charla, aquellos no se movían y, aunque a veces lo dudo, yo tengo que trabajar así que, muy a mi pesar, arranqué la máquina y enfilé carretera camino de Furco, que era la que mejor me pilaba.
Furco es una de esas áreas que son agradables, no muy llena de gente y con la posibilidad, si el tiempo lo permite, de marcarte un polvo ecológico entre los pinos. Así que los 254 Km que separan una de otra iba yo amasando mi paja mental, el paisano de Motilla estaba bien pero seguro que encontraba a alguien que estuviera igual o mejor en Furco. Así que cuando llegué al Km 456 y el tom tom pitó sentí una ansiedad anormal, estaba seguro que de Furco salía relajado, tranquilo vamos recién follado que diría alguno. ¡Una mierda! Allí éramos yo mismo con mi mecanismo, y nunca mejor dicho y una pareja con hijos que estaban descansando, así que mi gozo en un pozo, creo que aquí me di cuenta que la paja mental era eso paja mental que toda coincidencia con la realidad iba a ser casualidad así que la próxima parada Betanzos, última esperanza de occidente.
Más kilómetros más ansiedad, la cruda realidad superaba a las expectativas y el punto de pensamiento estaba bajando a velocidades forzadas a la entrepierna, que mal se pasa cuando el raciocinio desaparece para convertirse en obsesión, como veréis eso que tantas veces os he comentado. Así que llegada a Betanzos, más salido que el pico una plancha. Mi capacidad visual se limitaba a la búsqueda de candidatos, casi casi me olvido de que es una cosa de dos y de las matriculas rosas. Así que baje de la cabina y fije mi vista en el primer ser humano que me miró, había unos cuantos, incluso compañeros, pero me dio un poco igual. El me miro, yo le miré y a saco, ese EL indica que realmente no me fijé demasiado, así que trapo rojo delante y hasta el rabo que todo es toro. Una vez acabada la faena, cuando el cerebro retomó su posición original y analicé la persona con la que acababa de pasar la última media hora me di cuenta que en tiempo de guerra cualquier trinchera es buena.
Veo que esto de los perfiles tiene aceptación, gente maja los que visitan la Web. A ver si poco a poco nos vamos conociendo todos.
Furco es una de esas áreas que son agradables, no muy llena de gente y con la posibilidad, si el tiempo lo permite, de marcarte un polvo ecológico entre los pinos. Así que los 254 Km que separan una de otra iba yo amasando mi paja mental, el paisano de Motilla estaba bien pero seguro que encontraba a alguien que estuviera igual o mejor en Furco. Así que cuando llegué al Km 456 y el tom tom pitó sentí una ansiedad anormal, estaba seguro que de Furco salía relajado, tranquilo vamos recién follado que diría alguno. ¡Una mierda! Allí éramos yo mismo con mi mecanismo, y nunca mejor dicho y una pareja con hijos que estaban descansando, así que mi gozo en un pozo, creo que aquí me di cuenta que la paja mental era eso paja mental que toda coincidencia con la realidad iba a ser casualidad así que la próxima parada Betanzos, última esperanza de occidente.
Más kilómetros más ansiedad, la cruda realidad superaba a las expectativas y el punto de pensamiento estaba bajando a velocidades forzadas a la entrepierna, que mal se pasa cuando el raciocinio desaparece para convertirse en obsesión, como veréis eso que tantas veces os he comentado. Así que llegada a Betanzos, más salido que el pico una plancha. Mi capacidad visual se limitaba a la búsqueda de candidatos, casi casi me olvido de que es una cosa de dos y de las matriculas rosas. Así que baje de la cabina y fije mi vista en el primer ser humano que me miró, había unos cuantos, incluso compañeros, pero me dio un poco igual. El me miro, yo le miré y a saco, ese EL indica que realmente no me fijé demasiado, así que trapo rojo delante y hasta el rabo que todo es toro. Una vez acabada la faena, cuando el cerebro retomó su posición original y analicé la persona con la que acababa de pasar la última media hora me di cuenta que en tiempo de guerra cualquier trinchera es buena.
Veo que esto de los perfiles tiene aceptación, gente maja los que visitan la Web. A ver si poco a poco nos vamos conociendo todos.
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