jueves, 18 de junio de 2009

Vemos lo que queremos

Muchas veces he intentado entender porqué cuando estamos en un área de descanso y aparece la Guardia Civil nos ponemos nerviosos e intentamos salir pitando de allí, nótese que he utilizado la primera persona del plural porque a mí también me ha pasado a veces. Quizá sea porque pensamos que estamos haciendo algo malo, ¿es malo intentar conocer gente para echar un polvo? Es una práctica normal en aquellos lugares socialmente adecuados, o que se entiende por socialmente adecuados, así por ejemplo si estamos en un bar y notamos que puede haber tema con un parroquiano y aparece la Guardia Civil no nos ponemos nerviosos ni intentamos salir de allí, es algo que se considera posible y normal, seguimos con los intentos de contacto y, si es fructífero, salimos de allí para echar el polvo de rigor. No es así en las áreas de descanso, cuando aparece la autoridad competente parece que nos entra el complejo de culpa a modo de ratero que está pillando en los grandes almacenes y siente que le han pillado metiéndose en el bolsillo la mercancía, hay gente que comienza a sudar e intenta, infructuosamente, despistar notándose aún más lo que andaba haciendo por allí. Esa forma de buscar la ruta más corta hacia el coche esquivando la ruta de las autoridades, realmente la aparición de la Guardia Civil, en la mayoría de los casos, es el mejor remedio contra la libido elevada.
Conocedores de esto parece que hay una cruzada para eliminar a los que van a las áreas de descanso a algo más que descansar. Como he comentado en alguna ocasión mucha culpa es nuestra ya que muchas veces nos hemos pasado de vueltas creyendo que además de ser para descansar llevaban la cama incluida, pero la pregunta del millón es si nos pueden decir algo pro estar descansando en las áreas, obviamente no son gilipollas y saben perfectamente a lo que andamos, pero de saber a probar y de probar a poder hacer algo va un mundo. He comentado esto con mi amigo el guardia y ciertamente me ha dicho que no pueden hacer nada, que simplemente somos unas personas que estamos descansando, el problema es cuando ese descanso lleva incluido el intercambio de fluidos y, más aún, cuando no nos cortamos de hacerlo en algún lugar poco privado. Con estos datos el otro día paré en el área de Villalmanzo, ya he hablado de el en alguna ocasión, me gusta para ahí porque no es demasiado populoso, sólo éramos tres personas, e invita a la conversación. Pues estábamos en intentar conversar, con unos más que con otros, porque ya sabéis que el interés por las personas no siempre es el mismo, pues bien estábamos en relacionarnos verbalmente, yo intentándolo con uno pero otro estaba por la labor de no permitir el diálogo sino más bien por la terapia de grupo, cosa que no es desagradable pero cuando todos los integrantes del grupo tienen al menos un punto en común, en el caso que nos ocupa la correspondencia era unívoca, de él hacia nosotros, pero, a pesar de que las señales que le enviábamos eran claras, el no se daba por enterado, comprendo que su entrepierna le guiaba y que, al parecer, llevaba allí un buen rato, con lo que la ansiedad le nublaba el raciocinio y le impedía entender las señales. Bueno, estábamos comenzando una conversación normal, típica diría yo, el tiempo, el calor, el cansancio, el aburrimiento, este último es muy utilizado para indicar el estado del contertulio, tantas horas solo sin hablar, vamos lo que viene siendo la conversación de entrada que, en un contexto normalizado, desemboca igual que el Ebro en Tortosa inevitablemente, en un polvo o en un tocamiento, que muchas veces es en lo que quedan estos escarceos. Nosotros intentando comunicarnos, el otro como un satélite rondando y de repente aparece la guardia Civil. Mi contertulio y yo continuamos con nuestra conversación, obviamente miramos de reojo a la pareja, no por el interés de su estado físico que, para qué negarlo, era mejor de uno que de otro, sino por la maniobra que harían. Nuestro satélite particular pasó de nuestra órbita a un eclipse total, desapareció, no me preguntéis bien cómo ni por donde pero en el tiempo que transcurre en mirar a la pareja de guardias y volver a ubicarle no estaba ni él ni su coche. Los guardias, educados como siempre, pararon y se dirigieron hacia nosotros, yo ya me vi sacando todos los papeles, los discos del tacómetro y pensando si lo tenía todo en regla, vamos lo normal cada vez que un guardia me dice buenos días, pero no fue así, tanto yo como mi contertulio estábamos muy tranquilos y cuando el guardia nos dijo buenos días nos mostramos impasibles, no nos pidieron nada, cosa rara, se dieron una vuelta, entraron en el coche, nosotros continuamos la conversación que habíamos empezado y concluimos en quedar un poco más adelante para concretar más sobre nuestra personalidad. Últimamente aparece mucho la Guardia Civil por las áreas de descanso, reconozco que alguna vez me he puesto nervioso, ahora me he dado cuenta que no hago nada malo y que realmente lo hacen por nuestra seguridad, que se note el peloteo jajaja, que lo principal es saber que no hay nada de malo en entablar una conversación con otras personas, que si está mal ponerse a follar allí mismo, porque puedes molestar a otros, cosa normal, pero que no hay que pensar que si usamos las áreas de descanso para descansar y entablar una conversación en ruta nos pueden meter un paquete porqué realmente para eso están ¿no?

lunes, 8 de junio de 2009

¿pérdidas o beneficios?

Tal vez llegó demasiado apurado y no se dio cuenta que se habían fijado en el, aparcó y casi sin tiempo salió del coche, a simple vista no era más que un viajero apurado en busca de un lugar donde evacuar. Tropezó con la puerta cerrada de los aseos y se dirigió hacia la parte de atrás de los aseos, no era demasiado tarde, la noche comenzaba a caer y aún se dilucidaban las siluetas de los que estaban descansando en el área. Alguien definió el segundo como el tiempo que tardan en pitarte en Madrid cuando se pone el semáforo en verde y no has arrancado, pues en ese tiempo desfilaron tres personas tras la misma esquina por la que se había metido el, aparentemente apurado, viajero. Ciertamente para un no iniciado la escena no tendría nada de anormal ya que la parte de atrás de los aseos era la parte más normal para poder evacuar de urgencia tras haber intentado hacerlo en el sitio natural, es decir en la construcción que a tal efecto tiene el área de descanso. Pero cuando tienes algo más de escuela te das cuenta que los que han entrado tras el aparentemente apurado viajero llevan más tiempo que tú en el área, y llevan un buen rato, casi tanto como para tener una vejiga de unos cuarenta litros de capacidad o unos pantalones con unos botones imposibles de desabrochar o usan unos suspensorios demasiado apretados que le impiden realizar la operación precia a la evacuación con normalidad, te das cuenta que hay algo más.
En ese momento en que te das cuenta que hay algo más es cuando la mente comienza a crear una película que, la mayoría de las veces no tiene nada que ver con la realidad. La noche va haciendo más complicada la visibilidad y comienzas a hacer cábalas sobre si habrá salido alguno si seguirán los cuatro, y en cualquiera de las combinaciones que imaginas ves a alguno en posición de cúbito supino, a otros con una mamada asistida y a uno, normalmente el que más te ha puesto de ellos, dejándose hacer. Es en estos momentos cuando se supera la aceleración de 0 a 100 de cualquier vehículo, notas como el pantalón te va quedando más ajustado, y si estás en el coche sentado comienzas a buscar postura para que la tela se vaya amoldando más a lo que está pasando en tu entrepierna, en algunos casos liberas la causa de tu estrechez sacándola al aire para ver como se ha puesto por causas mentales nada más.
Tras un periodo prudente que puede ir desde los dos semáforos en verde a los sesenta, esto depende de la prudencia de cada uno, el aventajado observador se baja del coche y se acerca, de forma cautelosa, hacia la misma esquina por donde desaparecieron el aparentemente apurado y los tres viajeros, se asoma disimuladamente pero la noche le impide ver con claridad, simplemente escucha unos gemidos, duda pero finalmente se acerca para poder ver con más claridad, se acerca con sigilo pero en el camino tropieza y le suenan las llaves, los aparentes gemidos desaparecen momentáneamente pero reaparecen rápidamente, las conclusiones del explorador ya eran definitivas, por lo menos tres tíos montándoselo allí mismo y ahora sabían que alguien se acercaba y no les ha importado con lo cual tenía una probabilidad de fiesta grande. Efectivamente cuando se acercó se encontró a tres de los cuatro sujetos, ninguno en cúbito supino, pero si uno dejándose hacer por los otros dos, fue bien acogido y rápidamente integrado, se marcaron un polvo de la leche y salieron de allí hablando con tranquilidad, se dieron los móviles para volver a coincidir y efectivamente han coincidido más veces.
Pero si volvemos al inicio de este escrito y cambiamos el personaje que está sentado en su vehículo por un hombre simplemente curioso, heterosexual, o eso cree, y, como nuestro personaje inicial, se acerca, no atraído por la curiosidad sino por la necesidad de evacuar, y se encuentra a los tres tíos gimiendo puede ocurrir varias cosas, la óptima que descubra que eso de montárselo con otros tíos le va, que le dé más vergüenza a él que a los tres que están dándole que te pego o que se escandalice y decida comunicarlo a quien corresponda. Si el sujeto que se acerca resulta que viaja con unos críos y va con uno de ellos a evacuar, como el personaje de nuestro relato, la cosa se complica y mucho. Estas últimas situaciones son las que hacen que poco a poco se intente poner coto a los sitios de cruising, inicialmente te encuentras los aseos cerrados, es el primer paso de la clausura, posteriormente cierran las áreas de descanso por obras, ya se sabe que somos animales de costumbres y si dejamos de ir a unas zonas durante un tiempo determinado pues buscamos otras olvidándonos de las primeras, craso error pero ciertamente el volumen de visitas disminuye momentáneamente, y finalmente colocan cámaras de seguridad por nuestra seguridad, ya sabéis como los radares, pero es algo con lo que intentan intimidarnos.
¿Perjudicados? Nosotros, ¿Beneficiados? Mercedes Milá que tiene tema para numerosos programas.

viernes, 5 de junio de 2009

Vestidos de gala

Finalmente ha salido del quirófano la nueva web, parto complicado el que se ha tenido pero parece que ya está, ahora a arreglar esos pequeños errores que tanto desesperan al webmaster. Van a hacer ocho años desde que comenzó la andadura y durante estos años han pasado muchas cosas, aumento de oferta de contenidos, aumento de visitantes, aumento del tráfico, compra de espacio web y hasta han tenido un cambio de titularidad, cosas de las cuales no nos enteramos pero que hacen de este espacio un lugar entrañable, en especial los que hemos visto como iba creciendo.
Pero es quizá en esta última etapa cuando más nos hemos dado cuenta de la cantidad de gente que utiliza esta página para ubicar localizaciones o para contactar con otras personas, creo que alguien estaba asustado cuando se dio cuenta de la cantidad de personas que hacían de lo que inicialmente fue algo meramente como entretenimiento para demostrar a otros que no podían jugar con las personas como habían jugado una comunidad de personas interesadas en esta cosa tan etérea como es el cruissing que no es más que la forma más antigua de ligar, algo denostado por las nuevas tecnologías pero que algunos, entre los que me incluyo, no creemos que desaparezca a pesar de los intentos que muchas personas realizan para que así sea.
Muchas veces he comentado que los principales artífices de que las zonas desaparezcan somos nosotros que creemos que las áreas de descanso, parques, playas y bosques son sólo para nosotros y obviamos que son lugares públicos y que podemos, de hecho creo que a mí también me ocurriría, molestar a otras personas que no tienen nada que ver con el rollo que nosotros tenemos interpretando lo que para nosotros es algo normal como una depravación, como esas personas son mayoría el bien general se inclina hacia ellos obligando a que las autoridades competentes tomen medias para eliminar lo que para ellos está mal y para nosotros es normal.
Siempre he abogado por la discreción, por el contacto con tacto que se suele decir, se puede encontrar a alguien con el que tienes feeling pero no por ello has de ponerte a comprobar cuanto feeling tienes delante de todo el mundo sin importante los demás, cierto es que en algunos momentos el mundo gira alrededor nuestro sintiéndonos únicos en el lugar que estemos no dándonos cuenta de que otras personas están cerca nada más que cuando el centro del raciocinio se reposiciona en su lugar correcto, esto ocurre en el mejor de los casos porque a veces, más de las que yo mismo creía, ese sentimiento de haber hecho algo incorrecto no nos invade.
Estas razones, entre otras, hacen que la web se haya de actualizar de forma periódica. En la próxima actualización veréis que muchos sitios han desaparecido, algunos porque se ha construido otros porque las autoridades han conseguido que dejemos de utilizarlas, otras nuevas han aparecido esperemos que seamos capaces de usar estos espacios de forma correcta y se vayan convirtiendo en parques temáticos como antaño fueron sus antecesores.
Con el deseo de que de toda esta web salga algo de provecho y que continúe durante muchos más años felicito a todos aquellos que habéis conseguido que hayamos llegado a donde estamos, es decir os felicito a todos.