jueves, 23 de abril de 2009

Una desconocida

Bueno, ya se me han solucionado los problemas técnicos de esta semana, se había roto el aparato este que uso para conectarme a internet, primero que si la sim, nada, al final el modem me han dado otro y aquí estamos de nuevo. Bueno semana de calor con lo que eso conlleva, horas sentado al volante y, aunque tengamos aire acondicionado, al bajar de la cabina una sensación de que falta aire, el cambio brusco de temperatura. Hoy seguimos igual, aunque a estas horas parece menos seguro que alcanzaremos temperaturas altas. Pero bueno no quiero parecer el hombre del tempo, aunque el Mario tiene un revolcón, así que hablaré sobre un área que no tenía yo muy explorado ya que no había parado nunca pero el miércoles al acercarme a ella pitó el Tom Tom, me han instalado todas las áreas y zonas de ligoteo para que sepa donde están y estoy descubriendo que algunos sitios que yo pensaba que tenían marcha realmente la tienen y otros, que nunca me había planteado que hubiera, pues hay que investigarlos, así ha sucedido con el área de la A66 de Motilla de Arzón, cerca de Benavente. No tiene nada destacable, no está cerca de nada pero estaba llena de transportistas, en su mayoría gallegos y de los cinco que habíamos los cinco buscábamos tema, una probabilidad del 100 % no se suele dar. Y os preguntaréis ¿cómo sabe este que los cinco buscaban tema? Joder nada más aparcar han venido los cuatro revoloteando como aves de presa, uno par de ellos tocándose el paquete, y los otros dos, más discretos, con esa mirada que intenta ver que llevas debajo del pantalón, vamos que ese sexto sentido que tenemos para saber cuando alguien quiere marcha no era muy necesario para saberlo. Entablé conversación con uno que venía de Salamanca, de unos cuarenta años, que era de los dos discretos el que más agradable me parecía, una vez empecé a hablar con él los otros tres recularon y se fueron hacia sus camiones, dos de ellos hablaron entre sí y al poco desaparecieron en el interior de la cabina de uno de ellos, el último marchó carretera adelante al poco de que se formaran los dos grupos, y tras la conversación de rigor, ya sabéis ¿de dónde vienes? ¿A dónde vas? Pasamos a hablar del calor que hacía y del calor que teníamos los dos y él se ha puesto a mear, al lado de mi, vamos que si fuese mal pensado diría que quería enseñarme la polla, dicho sea de paso que era para enseñarla jajaja, luego me dice que últimamente sólo le vale para mear, que pasa más hambre que una puta en cuaresma etc…, y me ha invitado a subir a su cabina, era más grande que la mía y me dijo que tenía agua fresca, a mí se me había acabado, he subido y nos hemos puesto a hablar con el aire encendido, cosa que era de agradecer. El área no tiene absolutamente nada y, por lo que he podido ver, la gente entra con facilidad, al menos en el rato que hemos estado allí, este me dijo que el paraba siempre que pasaba, y que estaba mejor el lado dirección León, que solía haber gente de los alrededores y que había buen rollo con los compañeros, como si los que paran allí se conocen entre ellos. Me pareció un sitio amable en el cual se puede pasar buenos ratos, aunque sea en la cabina con lo incómodo que es para hacer cualquier cosa menos conducir, pero a veces uno ha de apañarse con lo que se tiene a mano.
No es un área en el que se folle a saco, como pudiera ser cualquiera de las que hemos estado hablando anteriormente, pero tiene vidilla y si lo que buscáis es un polvo con un compañero existen grandes posibilidades, por lo que vi y por lo que me contó el colega con el que estuve.

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