jueves, 23 de abril de 2009

En tiempo de guerra...

Dicen que en tiempo de guerra cualquier trinchera vale, no creía yo que eso era cierto pero va a ser que mi largo periodo de castidad forzada ha hecho aparecer aspectos de mi que estaban muy ocultos y, hasta que me ponga al día, no volverán a su ser. Esta semana he andado por el Norte, ya se sabe que los chicarrones del norte son…. Chicarrones y tienen sitios muy a resaltar, si en la web se pudiera calificar los sitios algunos tendrían por mi parte las tres estrellas no de la Guía Michelin sino de la Guía de carreteras. Desde el área de Betanzos hasta el de Oiartzun, pasando por el de La Franca en Asturias o en Cantabria Anero o Liencres e incluso Ugaldabieta con la cantidad de gente que siempre hay allí. Pues bien en este reglaje de válvulas que tenía yo que hacerme esta semana, primera de libertad en mucho tiempo, me había hecho yo la paja mental que al ir por el norte me iba a quedar como nuevo, casi casi ponerme al día ya que la experiencia me decía que cuando me toca ir por el Norte Sodoma y Gomorra se queda pequeño. Así que el lunes, tras la primera toma de contacto con el vehículo tome la carretera destino León, parar en Tordesillas me pareció demasiado temprano así que decidí hacer mi primera parada en Motilla de Arzón, si mis recuerdos no eran malos aquello siempre había sido prometedor. Pues nada dicho y hecho A 66 Km 198 el tom tom que pita y yo que entro como alma que lleva el diablo al área de descanso, éramos los justos para hacer un quinteto, tres compañeros y un paisano que estaba en busca y captura más ansioso que yo. Bajo de la cabina, y saludo a los compañeros que estaban charlando de lo jodido que está el tema, que si antes tenían viaje de vuelta siempre y ahora no, vamos lo propio. El sujeto revoloteaba indeciso ante nosotros pero, como ya os he comentado cuando somos muchos es muy complicado que alguno se desmarque, así que yo no iba a ser menos. Tras diez minutos de charla, aquellos no se movían y, aunque a veces lo dudo, yo tengo que trabajar así que, muy a mi pesar, arranqué la máquina y enfilé carretera camino de Furco, que era la que mejor me pilaba.
Furco es una de esas áreas que son agradables, no muy llena de gente y con la posibilidad, si el tiempo lo permite, de marcarte un polvo ecológico entre los pinos. Así que los 254 Km que separan una de otra iba yo amasando mi paja mental, el paisano de Motilla estaba bien pero seguro que encontraba a alguien que estuviera igual o mejor en Furco. Así que cuando llegué al Km 456 y el tom tom pitó sentí una ansiedad anormal, estaba seguro que de Furco salía relajado, tranquilo vamos recién follado que diría alguno. ¡Una mierda! Allí éramos yo mismo con mi mecanismo, y nunca mejor dicho y una pareja con hijos que estaban descansando, así que mi gozo en un pozo, creo que aquí me di cuenta que la paja mental era eso paja mental que toda coincidencia con la realidad iba a ser casualidad así que la próxima parada Betanzos, última esperanza de occidente.
Más kilómetros más ansiedad, la cruda realidad superaba a las expectativas y el punto de pensamiento estaba bajando a velocidades forzadas a la entrepierna, que mal se pasa cuando el raciocinio desaparece para convertirse en obsesión, como veréis eso que tantas veces os he comentado. Así que llegada a Betanzos, más salido que el pico una plancha. Mi capacidad visual se limitaba a la búsqueda de candidatos, casi casi me olvido de que es una cosa de dos y de las matriculas rosas. Así que baje de la cabina y fije mi vista en el primer ser humano que me miró, había unos cuantos, incluso compañeros, pero me dio un poco igual. El me miro, yo le miré y a saco, ese EL indica que realmente no me fijé demasiado, así que trapo rojo delante y hasta el rabo que todo es toro. Una vez acabada la faena, cuando el cerebro retomó su posición original y analicé la persona con la que acababa de pasar la última media hora me di cuenta que en tiempo de guerra cualquier trinchera es buena.
Veo que esto de los perfiles tiene aceptación, gente maja los que visitan la Web. A ver si poco a poco nos vamos conociendo todos.

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